“La ambición es el último refugio del fracaso.” – Oscar Wilde.
Vaya que cachaza la de algunos políticos, viendo como está la tempestad y se arrojan por la borda del barco que se encuentra encallado y está por irse a pique, algunos de plano ya hablan pestes del mandatario Javier Duarte, aun cuando siguen pegados a la ubre y siguen mamando del erario.
Y es que por increíble que parezca Veracruz es un caso extraordinario de desfachatez y mal manejo, como acostumbran decir en las comunidades rurales, ¡y sigue la mata dando!, se lo comento porque las ocho columnas del Diario Reforma hablan por si mismas, no es necesario ya que Miguel Ángel Yunes Linares o Héctor Yunes Landa salgan a señalar las tropelías del mandatario estatal, porque ahora se le han juntado todos los malquerientes en un afán por demás de justicia y a la vez de venganza contra quien se burlo sin empacho de ellos.
La nota del reportero Víctor Fuentes, habla de cómo la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) demandó al Gobierno de Veracruz para que devuelva 368 millones de pesos que debieron usarse para apoyar a población afectada por lluvias torrenciales e inundaciones.
Los recursos fueron entregados por el órgano federal al Estado mediante un convenio firmado con el entonces Instituto Veracruzano de Desarrollo Urbano (IVEDU) el 28 de octubre de 2010, semanas antes de la toma de posesión del actual Gobernador, el priista Javier Duarte.
El 4 de mayo de 2015, la Conavi demandó en un juzgado federal de la Ciudad de México la devolución de los 368 millones de pesos más las cargas financieras generadas desde octubre de 2013, cuando Veracruz supuestamente debía haber reintegrado los recursos no utilizados.
Se trata de la demanda más cuantiosa de varias que la Comisión ha presentado en años recientes contra entidades que reciben subsidios federales.
Según describe Reforma “El litigio se tramita ante el juez decimocuarto de distrito en materia civil, Guillermo Campos, y se espera que en las próximas semanas se dicte la sentencia.”
El convenio de 2010 fue precedido de nueve declaratorias de desastre natural por lluvias e inundaciones en más de 100 municipios.
El entonces instituto manejado por Manuel Barclay Galindo estaba obligado a canalizar los recursos en un máximo de 15 días dentro de la cláusula quinta de las reglas de operación de la Conavi.
Según se sabe Veracruz habría empadronado inicialmente a 3 mil 625 beneficiarios para recibir los recursos federales, según documentos públicos del Ivedu, ahora Instituto Veracruzano de la Vivienda (IVV), y el convenio de 2010 fue ratificado en agosto de 2012 para extender su vigencia “hasta la conclusión de las acciones” para auxiliar a los afectados.
En octubre de 2012, el IVV adjudicó de manera directa un contrato de 53.5 millones de pesos a la empresa Grupo MIA para construir 556 viviendas con un área habitable de sólo 29 metros cuadrados cada una.
Grupo MIA tenía hasta el 12 de agosto de 2013 para terminar las obras. Sin embargo, según la demanda de la Conavi, el IVV incumplió sus compromisos y, desde el 1 de octubre de 2013, quedó obligado a reintegrar los recursos federales.
Por ello no dejamos de sorprendernos de cómo en el Veracruz del inamovible Javier Duarte sigue la mata dando, la pregunta es y seguirá siendo ¿hasta cuándo?
Sextante
Va de primicia… allá en Coatepec, las cosas están que arden, y es que al interior del PRI no se terminan de poner de acuerdo los grupo antagónicos, mientras Noemí Guzmán y Adolfo Mota se agarran del chongo por imponer candidato, el precandidato de Alternativa Veracruzana, Esteban Acosta Lagunes –alcalde con licencia de Banderilla- ya les comió el mandado, y parece que la línea es por ahí. Lo lamentable del tema es que al interior del Revolucionario Institucional, personajes como Antonio Gómez Anell, optarán por bajarse del barco y no formar parte de una comparsa, que ni en el carnaval sobresaldrá, así que se retira de su aspiración a ser nominado precandidato y buscará nuevos derroteros en otros frentes políticos, donde la inclusión y la propuesta prevalezca, a los compadrazgos y dedazos. Suerte Toño, o hasta que la fortuna te nomine…
Al tiempo.
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