La expresión popular “estás viendo la tempestad y no te hincas” es justamente lo que sucede con el PRI en Veracruz. La selección de candidatos desató una ola de reclamos y protestas contra las cúpulas y poderes locales por parte de la militancia tricolor.
Después de perder el Congreso, la gubernatura y seguramente gran parte de los municipios que hoy gobiernan en las próximas elecciones, en municipios como Emiliano Zapata, como en muchos otros, tras haber sido electa ya a la notaria Mayle Hernández Rojas, se impuso de último minuto Conrado Báez como candidato del PRI.
El pasado sábado, la precandidata se reunió, previa cita, con Alicia González Cerecedo, con Silvia Domínguez, además de otros funcionarios del partido. En la sede del comité estatal, le fue informado que ya era candidata, pero en la madrugada del domingo su nombre no apareció en la lista.
El empuje y buena aceptación de Mayle en Emiliano Zapata contrastan enormemente con la pésima imagen que tiene Conrado en el municipio, acusado de pertenecer a la misma mafia de los caciques locales.
Como muchos otros priistas que les fue arrebatada su candidatura y su trabajo echado a la basura, Mayle buscó al presidente del priismo veracruzano, Renato Alarcón, hasta que lo encontró en el privado de un restaurante frente al Teatro del Estado.
Entre apenado y desconcertado, dicen que Renato señaló intereses más altos y que sobrepasan su autoridad, órdenes de altos funcionarios locales, estatales e incluso federales. Ni hablar, si el PRI no aprende de sus errores, si no le hace caso a su militancia y a la gente, irá desapareciendo localmente, ante una sociedad cada vez más exigente.





