Familia del puerto de Veracruz que perdió su casa tras incendio, vive en la calle

Reina Julián Miguel, habitante de la Reserva Tarimoya III del puerto de Veracruz, lleva tres días viviendo en la calle, junto a su familia, pues el pasado viernes su casa quedó reducida a cenizas y escombros tras un fuerte incendio.

El menú de hoy: huevos hervidos, tortillas, frijoles y café. A falta de estufa fue necesario encender el anafre y calentar la comida a fuego lento.

Sobre la banqueta se observa un colchón inflable en el que dos niños juguetean mientras la señora les prepara la comida. La sonrisa en sus infantiles rostros demuestra que, probablemente, desconocen la magnitud de la tragedia.

Reina retira con delicadeza el cascarón de los blanquillos mientras cuenta su testimonio. Asegura que lo ocurrido el viernes pudo haber sido peor, pero por fortuna nadie de su familia resultó lesionada y lo mejor, no hubo víctimas.

De la casa donde vivió durante los últimos años no quedó nada. La estufa, el refrigerador, las camas, la alacena, el comedor, ropa y papeles personales se perdieron.

Aseguran los afectados que un rayo que cayó encima de una vulcanizadora habría sido la causa del siniestro que arrasó con 9 humildes viviendas echas de lámina, cartón y madera.

Entre los domicilios siniestrados estaba el de Reina Julián Miguel. Ahora, vive en la calle.

“No quedó absolutamente nada y ahorita estamos aquí en la calle todo el día y a veces cuando viene la lluvia nos vamos al techito del vecino. Estamos en la calle como quien dice”, reconoce la mujer.

Ella y su familia han pasado las últimas tres noches en la calle. Para protegerse de la lluvia se resguardan debajo del techo de la vivienda del vecino de enfrente.

Asegura que mientras se lleva a cabo la reconstrucción de su casa, continuará viviendo en la calle, pues teme que los saqueadores se lleven las láminas y la madera con las que poco a poco levanta su nueva construcción.

En la calle Primavera, entre Izote y 10 de febrero, se observan rastros de lo ocurrido la semana pasada. Palos y láminas calcinadas, basura y ceniza.

Los vecinos afectados han recibido ayuda de terceras personas, quienes les regalaron un poco de ropa, comida y artículos de higiene personal. Al igual que Reina, los damnificados dedicaron el pasado fin de semana a reconstruir las viviendas dañadas.

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