De todo en la conmemoración mundial del día del Trabajo

Lo que ya se esperaba en Europa, Asia y Latinoamérica, los incidentes al paso de los contingentes de trabajadores para manifestarse violentamente, en demanda de mejores prestaciones laborales, no se hicieron esperar, y por fortuna no hay defunciones que lamentar, sí golpes y confrontaciones entre integrantes de las diversas organizaciones de trabajadores y la represión de los cuerpos de policía, que como en París, persiguieron a los integrantes de los “chalecos amarillos”, cuya participación se tradujo en vandalizar la avenida de los Campos Elíseos, dejando a su paso vidrios rotos, incendios de mobiliario urbano y de vehículos que la policia francesa no pudo evitar.

En la capital francesa aparecieron encapuchados pertenecientes al bloque negro, cuyas protestas anticapitalistas rompieron el contingente de la Confederación General de Trabajadores Franceses. El Presidente Macron no pudo evitar las movilizaciones producto del descontento social, no obstante el anuncio que hizo de una rebaja fiscal por cinco mil millones de euros, que entre las demandas de los trabajadores destacaba, en el plan nacional de recuperación económica.

En lo general, las organizaciones sindicales de toda Europa, proclamaron incrementos salariales y respeto a las conquistas sociales de las últimas décadas, según la crónica de los observadores presentes en Alemania, Italia, España, Hungría, Eslovenia y Grecia. En Canadá y Estados Unidos, las manifestaciones por el Día del Trabajo se celebran el primer lunes de septiembre de cada año

Caso curioso por la tranquilidad y ecuanimidad de los trabajadores de la Ciudad de México y de las organizaciones sindicales de las principales ciudades capitales de provincia, donde el desfile fue presidido por los Gobernadores, líderes sindicales y de organizaciones y confederaciones de trabajadores, Secretarios del Trabajo y Previsión Social y autoridades políticas de los principales partidos que hoy gobiernan en cada Entidad Federativa, donde el ambiente que reinó fue de camaradería.

En la Ciudad de México el Presidente Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el Gran Tlatoani de las nuevas y viejas confederaciones de trabajadores, pues no hubo indisciplina alguna de los viejos dirigentes y sindicatos del Congreso del Trabajo ante la aplanadora de la Confederación de Trabajadores creada para favorecer las aspiraciones del Senador Napoleón Gómez Urrutia y su nuevo grupo político morenista.