La cúpula de Morena en el estado no logró cuajar un liderazgo que había dejado acéfalo el afro en tierras coatepecanas, por lo que su copia fiel, casi su alter ego, Raymundo Andrade, en el pasado proceso electoral se dedicó a espantar con el petate del muerto con su apoyo al candidato de Movimiento Ciudadano, Edson Corona y al mismo tiempo creó aspirantes patito. Por su parte, Ernesto Pérez Astorga se movió pero más tardó en sacar la cabeza que en esconderla. Asimismo, el diputado Diego Castañeda empujó a su ex esposa, Elisa Ponce Pérez, en una precampaña sobre el amor a Coatepec, finalmente sin éxito. Por lo tanto, Elisa terminó aliándose con el profe Benedicto, en el proceso interno morenista. Pero finalmente Benedicto terminó siendo candidato del PAN.
En ese mismo contexto (de un recuento de lo que pasó en el pasado proceso electoral) Ignacio Luna bautizado en la redes sociales como “Nacho Gacho”, corría de reunión en reunión con los aspirantes más fuertes de su partido, hablando pestes de los ausentes y dizque acordando con quién se entrevistaba temas que jamás respetaba, como todo un ladino, filtrando la amenaza de que si no se la daban, se iría con el PT. Alegaba que Morena le debía de haber dado la candidatura desde hace rato. Al mismo tiempo, Nacho Gacho orquestaba la peor guerra sucia conocida en Coatepec contra Enrique Santos, el que supuestamente era el “candidato oficial”, golpeando en las redes y medios a quienes se aliaran a ese proyecto. Ese fue el prefacio de una elección nauseabunda
Una de las personas que se ufanaba de la relación con las altas esferas del poder era Ramoncín Díaz Ávila, el norteño diputado golondrino. De hecho, hace algunos años decía que tenía indicaciones de comprar una casa y venirse a vivir a Coatepec para postularse a la presidencia municipal. En esa ocasión, le acababan de regalar la diputación por el distrito XII. Este vulgar ambicioso es recordado en el municipio de Ayahualulco porque prometió llevarles una ambulancia y ya estando en el poder no cumplió y además se burló de la población al postular a Emilio Jímarez, un personaje originario del estado de Puebla que había contendido recientemente por la alianza PRI-PAN, pero Morena por fin arrebató a los caciques hermanos Morales su minita de oro.
«Nacho Gacho» siguió su ruta del engaño y la mentira. Para unos, su postulación se la debe al senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara con quien tuvo diferencias. Según él, decía que le «mochaba» la mitad de su sueldo cuando era coordinador de Jóvenes Construyendo el Futuro a nivel estatal (en nómina aparecía una cuarentena, pero «Lord Fentanilo» le «mochaba» un ventilador). Antes de formar parte del equipo de Huerta, «Nacho Gacho» buscó acercarse al jorobado de Notre Dame a través de la ex diputada federal Ivonne Cisneros quien logró que Nacho se congraciara con «El Rotoplas». Para otros, Nacho le debe la candidatura al dirigente Esteban Ramírez Zepeta, por formar parte de una cofradía que ha cobrado fuerza en Morena, igual que Xico y Actopan, que se fueron en ese paquete de esa misma corriente que aboga por la diversidad sexual.
Nacho Gacho trata de engañar a la gente del gobierno estatal de que es de los suyos, pero en lo oscurito sigue acordando con el grupo del Senador. Ellos ya se sienten dueños del distrito, junto con el diputado federal Adrián González Naveda y «Nacho Gacho» en la municipal. Sueñan rotarse las posiciones. Tras concluir su gestión como diputado federal, Naveda iría a la diputación local o a la dirigencia del PT y «Nacho Gacho» también aspira a la diputación local, pero ya encaminados a la gubernatura para Huerta, alias también «El imbañable”. El otro grupo, alineado con “El sonrisas” Raymundo Andrade, un simulador que sigue atento a los intereses del derrotado aspirante al gobierno estatal, el famosísimo afro. Sueñan, ya sea él o su jefe, obtener una diputación federal plurinominal. Ambos grupos tiran pestes en corto contra el poder estatal.
Y aunque resulte insólito, ahora «Nacho Gacho» y Raymundo Andrade andan de manita sudada. El diablo los cría y ellos se juntan, para continuar con los jugosos negocios de la administración municipal de Coatepec que representan los fraccionamientos (se hablan de veinte irregulares), el jugoso bisne de la basura, el comercio informal, la seguridad pública. Vaya que son jugosos dividendos, sobre todo para un personaje como Nacho que siendo regidor destacó en ordeñar la hacienda pública. Sus compañeros regidores lo detectaron recibiendo sobresueldos y pagos extraordinarios de su entonces jefe, Enrique Fernández Peredo, alias “La Grandota”, así como el pago de su boda y amueblado de su casa. Con ese botón de muestra arrancó su carrera política el vulgar ambicioso de «Nacho Gacho».
Insistimos: «Nacho Gacho» navega en varias aguas: hace pactos con Raymundo Andrade (personaje aún vinculado a Bola 8) y teje acuerdos con Manuel Huerta, al mismo tiempo que pide a sus corifeos que lancen mensajes en los que se le considere parte del equipo de la gobernadora Rocío Nahle. O sea, «Nacho Gacho» quiere quedar bien al mismo tiempo con Dios y el personaje del tridente y los cuernos. Las alianzas por debajo del agua de «Nacho Gacho» con los ángeles caídos del paraíso de la Gobernadora, tarde que temprano le acarrerará severos problemas con Rocío Nahle. Nacho Gacho tiene que definir sus lealtades. Algo similar hace González Naveda: hace como que respalda al gobierno de Nahle, pero no ha cortado el cordón umbilical que aún lo une a Manuel Huerta.
Las inconsistencias del próximo presidente municipal de Coatepec son visibles. Adicto a los medios de comunicación y a los comunicadores lisonjeros, lanzó un comunicado con su foto trepado en una escalera quitando la contaminación visual que representa su propaganda, una vez que terminó el periodo electoral, pero por dondequiera persisten pegotes y pintas en el municipio y la autoridad electoral lo solapa. También se autonombraba ecologista y fundó una asociación civil llamada Salvemos a Coatepec que irónicamente le llamaron Salvemos al Nacho del desempleo pero jamás hizo un video sobre la responsabilidad sobre los residuos que genera su familia, una pequeña compostera. Tuvo la oportunidad de demostrar su empatía con un medio ambiente sano y así dar el ejemplo de crear comunidades más resilientes. Pero jamás lo hizo.
Jorge Ignacio Luna Hernández se ufana de que será el alcalde más joven en la historia de Coatepec, pero el vulgo corrige: el más hambreado. Sea como sea, “El coreano” también decía lo mismo. Luis Ronaldo Zárate se vanagloriaba de ser el diputado más joven y resultó además el más improductivo. Ni una sola propuesta salió de su ronco pecho.
Hace poco «Nacho Gacho» había prometido la dirección de Turismo a Fernando Olivares, del panteón ecológico Bosque de Vida. Supuestamente el Secretario de Desarrollo Económico Ernesto Pérez Astorga presionó y cambiaron a Olivares por el higadito y chapulín Óscar Espino, quien tiene fama de droguero y chismoso de rancho. También se mencionaba a “La Grandota” para CMAS- Coatepec. Hasta una encuesta virtual hicieron, él o Rigoberto. A esa ratota grandota le gusta donde hay queso, pero de pronto dejaron de manejarse nombramientos… no sea que pase lo mismo que a Raymundo Andrade, previo al arranque de su administración municipal y el nombramiento de media hora como Secretario del Ayuntamiento de Diego Castañeda, con el cese fulminante que ordenó el otrora poderoso Secretario de Gobierno.
Otro rumor fuerte es que Cuitláhuac García, por medio de Esteban Ramírez Zepeta, colocará a la mamá de “Lady Fundillo”, funcionaria de CENAGAS, la ex regidora priista Nora Angélica López Delgado, como Secretaria del Ayuntamiento. ¿Será posible que Gabriel se quede con el bat al hombro, si ya se compró trajes bastante caros? Muchos hacen changuitos para que el Gabo llegue. (José Ortiz / En Corto).






