Luego del motín y enfrentamiento de reos que se registró el pasado 11 del presente en el penal de Topo Chico, Monterrey, que arrojó un saldo de 49 personas muertas, las investigaciones hablan de serias irregularidades en dicho centro penitenciario, así como en otros centros de readaptación social de la entidad, lo que pone en el ojo del huracán al gobernador neoleonés Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”.
En los cateos e indagatorias, tanto del Ejército Mexicano como de la CHDH, de la Procuraduría de Justicia del Estado, de la Comisión Nacional de Seguridad y de la Fuerza Civil del estado, se detectó que algunos reos de dicha cárcel se daban vida de reyes, ante la complicidad de las autoridades.
Lo mismo ocurrió en otros penales de Nuevo León, como el de Cadereyta y el de Apodaca, donde se encontraron hasta camas King size.
Este miércoles, el periódico “La Razón” difundió un interesante trabajo que puso al descubierto la vida de lujos al interior de Topo Chico y en otras cárceles: celdas acondicionadas con pisos de cerámica, sauna, aire acondicionado, pantallas HD, espejos panorámicos, acuarios, computadoras y hornos de microondas, frigobares, celulares y drogas; de todo había en los Cereso que administra el gobierno que encabeza El Bronco.





