La gente me acoge bien sin máscara: Miedo Extremo

Jonathan Uriel Gijón perdió su máscara. Ese trapo que le daba la identidad a Miedo Extremo, una de las figuras en ascenso al interior de la empresa DTU. Lo hizo a manos de su compañero de facción, Cíclope, quien además es su hermano.
El temor, obvio, corrió su ser. No es lo mismo subir al encordado con el rostro al descubierto, siendo Xalapa el primer desafío en estas condiciones.
“Cuando llegamos estaba bien nervioso, pero al salir y escuchar que la gente grita tu nombre bien fuerte se eriza la piel, eso nadie te lo puede pagar, no hay dinero, no hay cantidad con que te lo paguen, esa satisfacción que te llevas de la gente.
“A Xalapa lo voy a llevar siempre en mi corazón, así como a Crazy Boy lo vieron en su inicio en la lucha extrema, aquí hice mi primera presentación sin máscara”, expresó.
Confesó que es raro ahora trabajar sin el rostro cubierto, pero de a poco se acostumbra a cumplir su carrera deportiva en esa forma.
“Vinimos a Xalapa a una entrevista, y el del ADO me preguntó que por qué había perdido la máscara, entonces me di cuenta que la gente ya sabía.
“Ya luego trabajé en Pachuca y se me acercó un muchacho para pedirme una foto con su hijo y claro que me la tomé.
“Pero es un poco raro, aunque yo feliz de convivir con los aficionados, porque gracias a ellos nos llevamos un taco a la boca y tenemos satisfacciones que nadie tiene”, narró.
Justamente el día que perdió la capucha, le regalaron una edición especial de su propia máscara.
“Y cuando regresé que ya había acabado la lucha, llegué, me senté, vi mi máscara y me dio mucho sentimiento, pero ya había pasado y había que darle para adelante”, añadió.
Obviamente, sabe que en el futuro debe haber una revancha, aunque primero quiere descansar un poco una rivalidad que puede detonar en cualquier momento, ya que incluso fue ante Cíclope con el que definió el triunfo en Xalapa, y que se podría revivir primero por un duelo por el campeonato extremo.
“Abajo del ring es una cosa y arriba otra. En la calle andamos juntos, cotorreamos chido, pero en el ring es diferente, incluso ahorita nos agarramos a cabezazos y vean los chichones”, concluyó.