El policía estatal Alfonso Centeno estuvo a punto de revivir el odio y rencor entre los habitantes de Ixhuatlancillo con los orizabeños.
Por la mañana, personal de Obras Públicas arribó a los límites territoriales para realizar la perforación de una calle, eso molestó a los vecinos del lugar que pidieron mostrar los permisos para los trabajos.
Éstos, de inmediato llamaron a sus oficinas y solicitaron la intervención de la Policía. Hasta ese lugar llegó el comandante de la SSP asignado a la Policía de Orizaba y, de forma arbitraria, comenzó el desalojo de los inconformes.
Al lugar llegó el secretario del Ayuntamiento de Ixhuatlancillo, Israel Pérez Villegas, quien pidió respetar la soberanía de este municipio, pero el comandante de la municipal de Orizaba lo agredió y golpeó en el rostro, lo que provocó que los ánimos se caldearan.
Los habitantes de Ixhuatlancillo se opusieron a que se perforara la vía, pues no existen los permisos oficiales de esta localidad, pero mediante el uso de la fuerza pública trataron de intimidar a los colonos.