Agoreros que no hipócritas, han sacado a relucir las trilladas frases de “te lo dije, siempre supe que sería el senador, Héctor Yunes Landa, quien encabezaría la candidatura priista a la gubernatura del estado de Veracruz, nunca existió duda”.
Esa y otras frases similares a partir del último jueves se escuchan en corrillos, cafés, pasillos, oficinas de dependencias estatales, municipales y hasta federales, en el PRI, en las organizaciones políticas, empresarios, comerciantes, líderes de colonias, burócratas, políticos, amigos, enemigos y miembros del gabinete que afirman “siempre dije que era Héctor el candidato”.
Milagrosamente, como siempre sucede en el gobierno, las adhesiones y reconocimiento de las cualidades del Senador, Héctor Yunes Landa, se han hecho patentes, partidos políticos, AVE y Verde, lo retoman como su candidato también, asociaciones políticas como Concertación Veracruz promete 170 mil votos de entrada, la recomposición de las organizaciones del PRI están listas para indicar los trabajos de precampaña y campaña, con tanta algarabía que hasta podemos presumir de que ahora sí se observa la unidad en el PRI.
Ya sin “atavismos o señalamientos condenatorios”, todos los priistas empiezan a tratar de estar a las órdenes del equipo de transición del Senador que, también, dicho sea de paso, se hacen visibles y ya sin máscaras, ni estigmas, sacan la cabeza para respaldar las acciones del candidato de unidad.
Los que más se notan son los actuales funcionarios que se sentían agobiados y nerviosos, por las decisiones sobre la imposición del candidato local y que no podían manifestar, ni siquiera, una ligera aprobación de que, Yunes Landa, pudiera erigirse como el candidato del PRI.
La clase política abandonada los últimos años parecen satisfechos y de inmediato han manifestado que la designación de “todos” los priistas junto con el CEN del PRI, es lo mejor para enfrentar las alianzas de otros partidos políticos contrario y la insurgencia de los candidatos independientes que le apuestan a la captura de los votos de castigo y capitalizar el hartazgo de la sociedad sobre la actual política veracruzana.
Héctor Yunes, empieza ganando si es que las manifestaciones de apoyo son sinceras y el respaldo de toda la clase política, en general, acepta la candidatura y las propuestas que, seguramente, se harán para el interior del partido y la construcción del discurso de campaña que enviará a la sociedad y, de igual forma, el compromiso para evitar que la crisis actual, en todos sus ámbitos pudiera llegar a colapsar a la entidad.
El éxodo de los jóvenes inexpertos, dará oportunidad a los servidores públicos de carrera de acabar con las acciones prepotentes, corruptas, abusivas y de despilfarro, para atender las demandas y compromisos del estado con la sociedad.
La mini gubernatura no es ni dará oportunidad para hacer propuestas mesiánicas ni titánicas, sino plantear acciones para la recomposición del tejido social, evitar mayores crisis, contener el desorden financiero, impulsar el equilibrio y respaldar con mucha administración y política las expectativas venideras de progreso y desarrollo para Veracruz.
La experiencia política y administrativa de conjuga en la próxima elección a gobernador, ya que todos los precandidatos tienen trayectoria Héctor Yunes, Gerardo Buganza, Armando Méndez, Miguel Ángel Yunes, Juan Bueno, Elías Moreno y a excepción de Cuitláhuac García, que es al único que la falta experiencia en el manejo de puestos públicos.
Esperemos que se cumplan los tiempos electorales para ver como se constituiyen, finalmente, las opciones electorales. Hasta entonces, pues.
Suburbio
Pareciera que los tiempos de guerra intestina desaparecen, digo pareciera.
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