Rodrigo Montoya, el joven funcionario que “aspira, transpira y respira política”

“Hay que hablar fuerte para que te escuchen, pararte firme para que te vean, pero hay que hablar poco para que te aplaudan”, expresa Rodrigo Montoya Rivera, joven de 24 años de edad, convencido de que la política puede cambiar el rumbo de un país.

El secretario particular del alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez, está sentado en un sillón, color café; en su vivienda atiende la entrevista.

El espacio inspira tranquilidad, pues el color blanco de las paredes hace juego con los objetos que adornan el hogar.

Unos elefantes sobre el centro de mesa; un enorme reloj color sepia; lámparas y unas fotografías pintan los gustos de su familia. Es una sala donde hay calma y donde transcurre casi una hora para la charla.

Ahí, cuenta que parte de su vida la ha dedicado al periodismo; por el medio logró conocer a los funcionarios con los que ahora trabaja, como en el caso del presidente municipal.

Cuenta que trabaja de manera ardua desde antes de que aclare y hasta muy noche. Las horas son excesivas, pero la finalidad es servir a los xalapeños.

Rodrigo es conciso, muy firme al dirigir su mensaje. A los 15 años comenzó su vida laboral, porque las necesidades económicas eran cada vez más apremiantes; el gasto familiar más fuerte era la renta de la casa en el Fraccionamiento Inmecafé.

Relata que siempre ha tenido gusto por los temas políticos y sociales. Tuvo la oportunidad de ser el presidente del Frente Juvenil Revolucionario (FJR) del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Actualmente, es integrante de un consejo juvenil en la capital veracruzana; aunado a ello, tiene afición por la escritura y el análisis político: “Me considero una persona a la que le gusta trabajar”.

Estudió la Licenciatura en Pedagogía y está por concluir la carrera de Derecho en la Universidad Veracruzana (UV).

Se identifica y tiene amor por Xalapa, pues en este municipio ha vivido 23 años; aunque es originario del puerto de Veracruz, la mayor parte de su vida la ha desarrollado en esta ciudad, donde tiene amigos y a su familia.

Periodismo y política

Su vida laboral comenzó en un programa local de noticias en Telediario, el cual se transmitía vía sistema de cable.

Recuerda que hace 10 años, el puesto que obtuvo fue cargar la cámara y el micrófono de un reportero. Así fueron sus inicios y fue así como pudo conocer de vista a los servidores públicos a quienes les hacían las entrevistas.

En ese entonces tenía 15 años, fue cuando comenzó a observar y escuchar los discursos políticos, en las grabaciones en el estudio. En esos días, desconocía que eso sería parte del proceso para incursionar en el mundo de la política.

Otra de sus anécdotas en esta labor es que viajó durante tres meses desde las 5:00 de la mañana de Xalapa a la ciudad de Veracruz, para hacer la entrega del noticiario grabado en disco.

Se transmitía a las 8:00 de la mañana en la capital veracruzana, pero también en el puerto: “Estaba en la secundaria, entraba a las dos de la tarde y salía a las ocho de la noche. Me presentaba a las 9:00 de la mañana a cargar la cámara y a salir a reportear”.

Y agrega: “Me fui interesando y nació el gusto. De la necesidad de trabajar en algo me fui informando en temas de cómo funciona el gobierno en Xalapa”.

En este empleo dio el siguiente paso, convertirse en reportero; entonces, le solicitaron realizara entrevista a la entonces diputada Dalia Pérez Castañeda y también al munícipe David Velasco Chedraui.

Sin embargo, el primer entrevistado que le marcó y quien le inspiró a entrar a la política fue el maestro Guillermo Zúñiga Martínez.

“Con esa sencillez que le caracterizaba, me abrió la puerta de sus oficinas, pudimos platicar de su forma de hacer política y de los cargos que había tenido en los tres niveles de gobierno”, indica.

Le pidió consejos para poder incursionar en temas políticos “y me dijo que sí”, por lo que al otro día de la entrevista viajaron juntos a la comunidad de Matlalapa, municipio de Xico, donde observó cómo trabajaba.

“Ahí habló con trabajadores de la construcción, personas del campo, obreros y donde se sentó a comer en una casa humilde y eso fue lo que realmente me incentivó”. Así, Rodrigo Montoya da detalles de cómo se adentró a la política.

Posteriormente, tuvo la oportunidad de conocer al hoy alcalde Américo Zúñiga Martínez, cuando estaba por concluir el periodo de secretario del Trabajo. Luego le acompañó en su campaña como candidato a diputado local.

“Él entró como diputado y a mí me nombraron líder del FJR, hoy Red de Jóvenes por México, en marzo de 2011″, señala.

Oratoria que rompe miedos

Montoya Rivera creció con su madre, la señora Graciela Rivera Zamudio, y su hermana, menor seis años que él.

Durante la entrevista no se habló de su padre, pero sí de las dificultades económicas por las que vivieron. Era difícil pagar las rentas mensuales de la casa donde habitaban, por lo que, asegura, siempre han trabajado de manera digna para contar con el sustento económico.

Estudió la primaria en el Centro Educativo de Convivencia Infantil; la secundaria en la Técnica Industrial número 128; la preparatoria, en la «Antonio María de Rivera».

Es un apasionado del futbol y no oculta su afición por los Diablos Rojos del Toluca; recuerda cuando jugaba con el número 9 José Saturnino Cardoso y el 11 el uruguayo Vicente Sánchez.

También se identifica mucho con los discursos, por lo que se inscribió en un concurso de oratoria que convocó el Instituto de Capacitación para el Trabajo del Estado de Veracruz (Icatver).

Narra que el día del concurso llegó con el uniforme escolar, mientras que el resto de los participantes, mayores que Rodrigo, vestían saco y corbata; y las mujeres, con traje sastre, “pensé que me iban a ganar”.

Sin embargo, uno de los concursantes entró en pánico; consideró que sería el momento “y pensé que no debería ser tan malo”. También ganó un primer lugar en oratoria de la Fundación Colosio y de la Dirección General de Bachillerato.

Está consciente de que la política es un camino azaroso en el que se debe saber transitar y conducirse, “tener los pies bien pegados a la tierra. Es un medio y una profesión en el que hay que saber concentrarse”.

Cuenta que él, en algunas ocasiones, ha sido blanco de descalificaciones, pero cuando la crítica es constructiva “no me preocupo, me ocupo y busco mejorar las cosas que me señalan”.

Conoce que en este medio hay críticas por encargo para denostar, “pero estoy enfocado en trabajar, porque desde los 15 años conozco la vida laboral y desde los 16 sé lo que es tener militancia en el partido”.

La política, un proyecto

En torno al tema de la política, responde que siempre será su proyecto de vida, pero también agradece que diversos medios de comunicación lo consideren, incluso lo mencionen como una propuesta para ocupar algún cargo de elección popular.

“A quien le gusta la política, aspira, transpira y respira política”, y añade que los políticos deben ser personas preparadas para asumir el cargo.

No se trata de una cuestión de caprichos ni de conveniencia, pues todo llegará a su momento, “ya que llevo dos años y un mes en esta administración junto al licenciado Américo Zúñiga”.

Modesto, manifiesta que si llegan a abrirse espacios y oportunidades para competir “claro que me interesa”, aunque dijo que en estos momentos las circunstancias marcan que se deben unir fuerzas en el PRI y salir juntos bajo el mismo proyecto para que las cosas se hagan bien.

Se considera una persona disciplinada y con ánimos de trabajar: “No me encapricho con proyectos”; dice que la política no es para beneficiar a las personas en particular; debe verse, puntualiza, como un medio para realizar grandes proyectos.

Rodrigo Montoya es el joven que asegura tener aspiraciones, aunque reconoce que los tiempos tendrán que llegar y acceder a otros cargos.

Por último, refiere que ser secretario privado del munícipe de Xalapa le mantiene sumamente ocupado: “Entramos muy temprano y salimos muy tarde, pues ese es el ritmo de trabajo que tiene Américo Zúñiga y así quiero seguir”.