El mesianismo del dirigente nacional del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, está alcanzando niveles psiquiátricos. Vea si no.
En Villahermosa, el “Peje” dio la bienvenida a su partido (que ya parece más bien una secta pseudo religiosa) al ex priista Evaristo Hernández Cruz, ex alcalde del municipio de Centro, a quien en el pasado proceso electoral acusó de “corrupto”.
Cuestionado al respecto, con la chabacanería que acostumbra, López Obrador dijo que al momento de renunciar al PRI, el ex edil “se limpió”.
“Ha tomado la decisión de sumarse a esta lucha y eso lo exonera. Todo el que está en el PRI y decide pasarse a Morena, y se arrepiente de todo lo que pudo haber hecho mal, nosotros pensamos que se le debe de perdonar”, afirmó “su santidad” el “Peje”, quien ya se siente con la potestad divina de la absolución de los “pecados”.
De miedo.
