Feliz, incrédula por la noticia e impactada al punto del llanto se mostró la pesista veracruzana Lizbeth Nolasco Hernández ante la confirmación de la medalla de bronce en el marco del Campeonato Mundial Juvenil de Levantamiento de Pesas, que se llevó a cabo en abril de 2015 en Lima, Perú.
Lo anterior, una vez que se dio a conocer el dopaje positivo de la competidora Tatyana Kapustina de Kazajistán, quien en la competición había alcanzado el bronce en el arranque, pero que, tras la descalificación, hubo reacomodo de lugares por parte de la Federación Internacional de Levantamiento de Pesas, razón por la cual Nolasco Hernández fue reubicada en el bronce con 92 kilogramos.
“Me siento súper feliz, no le creía a mi entrenador, quedé impactada, lloré, estoy muy emocionada por ese resultado y fue muy merecida la medalla, porque significa mucho por el esfuerzo, sacrificio, la pasión”, comentó.
Esta presea mundial, dijo, es el resultado más de seis años de entrenamientos al lado del cubano Nilverio Pino, a quien le dedicó este triunfo que comparte además con su madre Lucía Hernández, “porque gracias a ellos he logrado lo que soy ahora”.
Para Nilverio Pino la clave fue la constancia, disciplina y conciencia de Lizbeth; “nos tomó por sorpresa la noticia y el reacomodo”; recordó que en 2015 la halterista de Tlalixcoyan estuvo en el podio en los tres eventos internacionales en los que participó.
“En los Juegos Panamericanos Juveniles en septiembre obtuvo una plata y dos bronces; en los Juegos Deportivos Escolares Centroamericanos y del Caribe, en noviembre, ganó dos oros y un bronce, y en el Mundial logró el bronce; no hay más que pedir”.
Ahora, Lizbeth Nolasco se preparará para el ciclo rumbo a la Olimpiada Nacional 2016, competición en la que en el último año ganó un oro y dos platas en la categoría Sub 17 +69 kilogramos.