Todavía no salíamos del asombro de los cinco levantados de Tierra Blanca, ejecutados y calcinados, así como del rancho que es un cementerio putrefacto, cuando desayunamos esta mañana con la historia de que otros cuatro estudiantes ahora del puerto veracruzano, habían sido levantados e incluso uno sustraído de un domicilio.
El plagio sin embargo, duró muy poco, afortunadamente si es que fue real, porque para no perder la costumbre, ya hay quienes dicen que fue un montaje del gobierno de Javier Duarte, para demostrar que si hay eficiencia policiaca, sobretodo, ahora que ya se sabe que lo que le pasó a los jóvenes de Tierra Blanca, es una copia de lo que le ocurrió a los 43 de Ayotzinapa.
Sólo que allá está preso el entonces alcalde de Iguala y el Gobernador de Guerrero pidió permiso y aquí como si realmente sólo gansitos y frutsis se llevaran del Oxxo.
Retomando a los “levantados jarochos”, resulta que la Marina y Fuerza Civil se aplicaron y rápidamente los pusieron sanos y salvos.
Claro que no hay detenidos.
La camioneta que dicen pertenece a uno de los “levantados” fue la pista para encontrarlos.
Pero tampoco se dan muchas explicaciones.
¿Cómo para qué?
Aunque el boletín del gobierno, hay que decirlo si es muy escueto, realmente austero, no dice nada de cómo, dónde, por qué, qué hacían, cómo los encontraron sin sus raptores y cómo se escaparon los delincuentes.
Muchas preguntas, para un boletincillo bastante mal hecho, sin ninguna explicación.
Hay que aclarar algo, que la policía acuciosa no ha dicho.
En el video del “levantón”, se ven los rostros de los delincuentes.
¿Quiénes son?
¿Por qué no lo dijo la policía y si afirma que son de la delincuencia organizada?
Por eso digo, que está muy mal hecho el boletín.
Una farsa malita.
Pero si pensamos que es cierto el “levantón” y los delincuentes fueron imbéciles para hacer bien las cosas, y no sabían que había una cámara en ese sitio, y se les mira el rostro, pues que la policía diga quiénes son, se están tardando para publicar un aviso a la opinión pública, pidiendo que los reconozcan.
¿O no?
Lo normal es que se publique entonces un boletín con la cara de los sujetos, para que la ciudadanía los identifique.
Ufffff
Y luego porque nadie cree.
Antes de terminar el asunto de “levantón con final feliz”, tengo la duda de ¿cómo sabían los delincuentes de la delincuencia organizada, que el chamaco que se les “peló”, estaba ahí.
¿Lo conocían? Entonces que él diga quienes son.
Digo, no hay otra respuesta.
Con mayor razón puede declarar quienes eran los “levantadores”.
Bueno eso pienso.
Sólo son preguntas que exigen respuesta.
Y si realmente eran perfectos imbéciles para hacer su chamba los de la “delincuencia organizada”, según el boletín, pues que bueno, que los chamacos pueden celebrar este domingo el Día de San Valentín.
Antes que se agote el espacio, retomo a Francisco Garfías que publica su columna en Excelsior:
Dice Garfias que en el verdadero problema de Veracruz es que no pasa nada.
Y retoma la semejanza de Ayotzinapa con Tierra Blanca.
Allá hubo castigo, aquí no hay nada.
Hay impunidad.
Sólo gansitos y frutsis se roban de los Oxxos, retomando a los clásicos de la política y sus frases que llegaron para quedarse.
Pero va todavía más allá.
Y dice que estos hechos delincuenciales y la impunidad lacerante, ya permean en las campañas políticas, alzando la promesa Héctor Yunes de sacar a Veracruz de la lista negra y la nota roja.
Lo que no dijo Garfías o no se preguntó es:
¿Cómo hacerle con todo y todo para que Héctor gane?
¿Alcanzará el aparato gubernamental a hacer lo necesario el domingo electoral? ¿Hay mucho daño?
En medio de esto, al menos Héctor ya avanza, porque uno a uno está dejando en el camino a los cuates del gobernador que querían ser diputados, todavía no caen todos, algunos si creen realmente que podrán tener el fuero.
Parece que todavía nadie les dice, que están a tiempo de “pelarse” o de hacer “la graciosa huida”.
Hoy me despido al estilo de Carlos Loret de Mola en el saciamorbos, de su columna.
¿Y si no se va es porque nadie lo quiere en ningún lado?