Como la violencia vende bien políticamente, diputados federales del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), exigieron al presidente Enrique Peña Nieto pronunciarse sobre la ola de asesinatos acontecidos en Veracruz en los últimos días, con especial énfasis en el homicidio de la reportera Anabel Flores Salazar.
En la tribuna de San Lázaro, el diputado y periodista Virgilio Caballero espetó a Peña que “no basta con repetir una vez tras otra que se llegará hasta las últimas consecuencias. Llegó el momento de que actúe como Jefe de Estado ante la crisis de esta entidad (Veracruz) y deje de proteger con su silencio al gobernador Javier Duarte, aunque éste sea de su propio partido”.
Sin duda tiene razón en lo que dice Caballero. Sólo que llama la atención que no sea igual de exigente con su dirigente nacional, Andrés Manuel López Obrador, quien se ha referido a este tema de manera blandengue, apenas con un tuit en el que pronuncia un más que tibio “duele la violencia en Veracruz”, al tiempo que le quiere quitar responsabilidad sobre la misma a las dos últimas administraciones estatales.
Y luego se enojan de que se diga que el “Peje” es aliado del PRI en Veracruz.