José Daniel Torres, oriundo del puerto de Veracruz, recorre las calles y avenidas de la ciudad con un perífono que da publicidad a diversos establecimientos; ante la dificultad para caminar, el hombre se traslada de un lugar a otro a bordo de un triciclo motorizado sobre el cual descansa su silla de ruedas.
La artritis reumatoide juvenil que se le detectó siendo un niño debilitó para siempre sus piernas; la enfermedad degenerativa lo imposibilitó para caminar por el resto de su vida y después, siendo un joven, las puertas en el mercado laboral se le cerraron, pues nadie, absolutamente nadie, le dio oportunidad para trabajar.
“Mi enfermedad me fue avanzando hasta dejarme completamente imposibilitado para caminar”, destaca.
Desde entonces usted, pues, ¿cómo le hizo para trabajar, en qué se desempeñó laboralmente?
“Pues empecé a comprar cosas para vender, como chacharitas y me ha gustado siempre eso, o sea, el trabajar, ganarme el dinero de una manera digna, honrada y, entonces, esa siempre ha sido mi inquietud, el autoemplearme”.
¿Es difícil encontrar trabajo en alguna empresa, en alguna oficina para una persona con silla de ruedas como usted?
“La verdad sí, la verdad sí; por años, por muchísimos años se ha luchado para que una persona con discapacidad tengamos empleo en las empresas, pero nunca se ha logrado; la verdad nunca se ha logrado y lo que hacemos, en el caso mío, lo que he hecho es el autoemplearme y una manera de autoemplearme es haberme creado lo que es la publicidad móvil que se conoce como perifoneo”.
Para José Daniel, el lamentarse por su condición no era opción, ya que en lugar de eso prefirió buscar opciones para mejorar su calidad de vida, hasta que se decidió por autoemplearse como vendedor de chácharas.
Adaptó una bicicleta como medio de transporte, cuyo impulso se generaba con el ir y venir de sus brazos; sin embargo, eso le resultaba sumamente cansado.
Hace cuatro años, en su mente vislumbró un invento que a futuro le ayudaría a hacer más fácil su trabajo. Con la ayuda de un mecánico y un herrero construyó un peculiar triciclo motorizado.
Se trata de una unidad de transporte que en la parte superior lleva una estructura metálica donde se alcanza a apreciar el perífono y que al mismo tiempo le hace sombra para prevenir que los rayos del sol le quemen la piel; fue así como pasó de chacharero a perifonista móvil.
A la parte derecha del triciclo le fue ensamblado el motor de una motocicleta con todo y llanta trasera que es la que da el impulso; en el lado izquierdo se ajustó un segundo neumático con el fin de otorgar estabilidad.
El manubrio de la motocicleta fue colocado en la parte frontal, a la altura de los brazos de José Daniel, para que lo pudiera manejar con mayor comodidad. La marcha del motor se instaló junto a la manivela derecha para que pudiese ser arrancado con un solo botón y el giro de un llavín; a su costado derecho se conectó una palanca de velocidades.
Hoy, siendo un adulto, esposo de una mujer con la que procreó tres hijos, se gana la vida yendo y viniendo en la ciudad porteña a bordo de una unidad motorizada que bien podría ganar algún reconocimiento gracias a su ingenio.
Desde hace cuatro años se desempeña con anunciante de diversos establecimientos.