Aun cuando sabemos que eso es lo que menos les preocupa, entre recortes presupuestales y la posibilidad de que continúe el aumento de las tasas de interés, los 12 nuevos gobernadores que serán electos el 5 de junio próximo recibirán de sus antecesores administraciones endeudadas y con poco margen de maniobra para gobernar.
El mejor ejemplo de ello es el gobernador de Zacatecas, Miguel Alonso Reyes, quien incrementó su deuda durante su gestión más de mil por ciento, al pasar de 682 millones de pesos al inicio de su gobierno a siete mil 609.4 millones de pesos en 2015.
Le sigue el gobernador de Chihuahua, César Duarte, quien incrementó sus pasivos 240.81 por ciento, al pasar 12 mil 247 millones a 42 mil 762.1 millones de pesos.
De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda, en el resto de las entidades, donde este año se elegirán nuevos gobernadores, no se quedan atrás.
Gabino Cué, en Oaxaca, incrementó la deuda 185.46 por ciento; Roberto Borge, en Quintana Roo, 123.59 por ciento; Javier Duarte, en Veracruz, 113.39 por ciento; Jorge Herrera Caldera, en Durango, con 102.75 por ciento; y Mariano González Zarur, en Tlaxcala, 100 por ciento.
Veracruz cuenta con montos importantes de deuda, porque la reestructuró, es decir la que tenía a corto plazo, la cambió por deuda de largo plazo. Durante administraciones anteriores y parte de ésta, el mayor lastre fue el gasto corriente y operacional, comentó Tito Baeza, analista de Veracruz en Fitch Ratings.





