En un acto que refleja perfectamente el momento por el que se pasa en Veracruz, personal de la Comisión Federal de Electricidad procedió a desconectar las cámaras de fotomultas instaladas en la avenida Miguel Alemán del puerto de Veracruz.
La razón no es difícil de imaginar: estos aparatos, instalados por las autoridades estatales, estaban “colgados” de manera directa a las luminarias de esa avenida. O lo que es lo mismo, se robaban la energía eléctrica para funcionar sin pagar.
Una vergüenza por donde se le quiera ver. Pero que los responsables sean autoridades es, además de bochornoso e indignante, una bofetada a la ciudadanía a la que se le cobran multas altísimas por rebasar los límites de velocidad permitidos, algunos totalmente irrisorios.
Pero ya qué nos extraña.





