Este martes, muy temprano, el precandidato del Partido Revolucionario Institucional al gobierno del estado, Héctor Yunes Landa, fue entrevistado por el periodista Ciro Gómez Leyva para la cadena Radio Fórmula.
Ante esos micrófonos, el senador con licencia fue enfático al apuntar que el gobernador veracruzano, Javier Duarte de Ochoa, era un pasivo para su campaña; de igual forma, ante la pregunta expresa del conductor del programa, Héctor Yunes reconoció que el actual ejecutivo estatal era un lastre.
Las redes sociales y diferentes medios digitales retomaron la declaración de Yunes Landa, que significó un rompimiento contundente con la presente administración estatal, a la que el precandidato priista ha criticado de manera severa por las presuntas irregularidades en el manejo de los recursos públicos.
El tema fue abordado por el diputado local José Ramón Gutiérrez de Velasco, quien aclaró que la palabra “lastre” significa nivelar la navegación y que, en todo caso, Javier Duarte le nivela el barco a Héctor Yunes.
Orondo, como presumiendo un apropiado manejo del lenguaje, el ex alcalde de Veracruz interpretó de esa manera la declaración de Héctor Yunes y explicó: “hay que saber leer entre líneas”.
La trampa, lo tendencioso, sin embargo, radica en que el diputado ex panista, quien llegó a la Legislatura del estado como plurinominal del PRI, sólo consideró una acepción del término “lastre”, la relacionada con la marítima y la navegación; sin embargo, hay otros sentidos de la misma palabra. A continuación, otros dos:
1.- Peso que llevan los globos aerostáticos, en forma de sacos de tierra, que sirve para ascender o descender: debemos soltar lastre para evitar un mal aterrizaje.
2.- Inconveniente, impedimento físico o moral para llevar algo a buen término: esas malas costumbres son un lastre para sus relaciones sociales.
La Real Academia Española establece como un significado más para “lastre”, “persona o cosa que entorpece o detiene algo”.
Por supuesto, tras la aclaración de Gutiérrez de Velasco no faltó quien dijera que se trataba de un intento del diputado por quedar bien con el ejecutivo, a quien le debe su rescate político, ya que el ex alcalde porteño ya estaba marginado de Acción Nacional.
En todo caso, aprovechando su tendencia por la búsqueda de acepciones y definiciones de diccionario, bien haría José Ramón Gutiérrez en identificar términos como “argucia”, que es un sofisma, un argumento falso; o bien, “oficioso”, que además de ser un adjetivo que se usa para referirse a una persona “hacendosa y solícita en ejecutar lo que está a su cuidado”, también se define como “que se manifiesta solícito por ser agradable y útil a alguien”; o “que se entremete en oficio o negocio que no le incumbe”.





