“No se sueña dos veces el mismo sueño.” – Miguel de Unamuno.
Cuando Veracruz parece estar sumido en la peor crisis social, económica, de seguridad, labora, de salud de su historia, siempre una oportunidad nace.
Albert Einstein afirmaba “la crisis, es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado.
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.
La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia.
El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos.
Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.”
Bajo esa visión, lo que hoy enfrenta la entidad bajo el gobierno de Javier Duarte es la oportunidad perfecta para que Veracruz resurja de sus cenizas con el más grande de todos sus dones, el capital humano de la entidad es i seguirá siendo su mejor activo.
Quizá por ello, la mega manifestación celebrada el pasado jueves 10 de marzo pasará a la historia, como el día que la sociedad en su conjunto, gracias a la Universidad Veracruzana (UV) tomó conciencia de que las cosas pueden y tienen solución estando unidos.
No existe, ni existirá político alguno que pueda estar por encima del verdadero poder dentro de una democracia, que es su pueblo, por ello, lo patentado en Veracruz, es la muestra de que la sociedad unida puede si se lo propone cambiar la cara de desconcierto que enfrenta por la pésima conducción de un grupo de pirañas que se enquistaron en el poder, con el único afán de satisfacer su necesidad hedonista y egocentrista de riqueza y poder.
De este escenario, surge la voz de una mujer, que sin proponérselo tuvo que sacar la cara como líder visible de la UV, ante el atentado político y económico del que está siendo objeto esta máxima casa de estudios del sureste del país.
Sara Ladrón de Guevara no lo buscó, no se lo propuso, pero la historia y la UV la colocaron ahí.
Primera rectora de la Universidad Veracruzana, ha tenido que fajarse con el titular del Ejecutivo del que hasta hoy es calificado por la sociedad como el peor gobierno en la historia del estado, aunado a ello, su principal reto, ha sido desde el principio respetar y guardar la sana distancia entre las jerarquías que conforman la UV.
Y es que como ella, misma sostiene, en su rol de rectora no está el de tomar plazas públicas, ni dar lecciones de oratoria, su función primordial es y será garantizar la libertad de cátedra, mejorando en todo momento las potencialidades de la universidad, bajo criterios estrictos de disciplina y rendición de cuentas en el manejo de los recursos destinados a la educación superior.
Su labor es preservar el acervo universitario que ha permitido por más de 70 años ser el baluarte del conocimiento y estandarte del reconocimiento mundial por la calidad y nivel educativo brindado por la UV.
Ella no se lo propuso, ella no lo buscó, pero valiente como debía serlo cerró filas con la comunidad universitaria.
Entrevistada en exclusiva por este reportero para la tercera emisión del noticiero radiofónico En Contacto que se transmite por Digital 96.9 de FM el mismo jueves 10 de marzo, la rectora manifestó que el gobernador Javier Duarte de Ochoa sigue cayendo en «contradicciones» sobre el monto del adeudo a la Casa de Estudios.
Informó que la deuda sigue creciendo, a la fecha suman la cantidad de 2 mil 332 millones de pesos porque no se ha entregado lo correspondiente a este 2016.
Expresó su alarmante preocupación por un tema en el que la Universidad ha sido colocado, explicó que el mismo gobierno admite a través de una carta abierta del pasado 25 de febrero que existe un pendiente con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) vía el Sistema de Administración Tributaria (SAT) por la retención y no enteramiento del Impuesto sobre la Renta (ISR) retenido por sueldos a los catedráticos y trabajadores de la UV entre 2014-2015, lo que los coloca como deudores del impuesto por un monto de mil millones de pesos.
Cuestionada por el tema del reconocimiento de 450 millones de pesos de recursos federales no ministrados, la investigadora de tiempo completo manifestó hace algunos días el Gobernador, lo reconoció, pero solo ha depositado hasta este jueves la maravillosa cantidad de 40 millones de pesos.
A pregunta expresa si había dimensionado la proporción de la mega marcha y que esta es la primera a nivel nacional que busca garantizar la autonomía financiera y el reclamo justo por el recurso para la educación superior, apunto que no esperaba tal magnitud de respuesta, señaló que se trata evidentemente de política educativa y que eso le llenaba de gusto pues bajo ese mismo criterio fue honrada para representar a la Universidad ante el Senado en la revisión de la legislación.
Estimó que la megamarcha del jueves participaron alrededor de 51 mil 200 asistentes, tanto en Xalapa como en las diferentes regiones, y no los cinco mil que pretende el gobierno estatal señalar.
Cuestionada sobre si esto servirá como plataforma para que ella sea un posible capital político en la contienda por el gobierno de Veracruz en el 2018, solo se concreto en referir que ella es rectora, y seguirá siendo rectora hasta 2017, cuando llegue el momento de analizar si se reelige o no, aun cuando asegura que amanecen días en que no quiere ser más y en otros afirma que si.
Por ello, Sara Ladrón de Guevara afirma que no debe decir de esta agua no he de beber, contundente señala, no me encarto no me descarto.
La rectora de la UV resaltó que el Consejo General Universitario decidió que entrará en «veda» durante las campañas electorales para que no sea vista la lucha como un asunto partidista, pero ello no significa que dejarán su lucha.
Reconoció que existe una campaña por desprestigiarla a ella y a la causa justa que enfrenta la UV, cosa que no se vale, pues la Universidad Veracruzana no buscó nunca el diferendo mucho menos el que no se le pagará.
De este modo, analistas observan que Sara Ladrón se convierte en un verdadero activo político si de convocatoria se habla, aunado a su popularidad que la convierte e inscribe en la candidata ciudadana a vencer si así lo decide en el 2018, cuando Veracruz enfrente de nueva cuenta un nuevo proceso electoral gubernamental.
¿Le alcanzará a la investigadora para materializar un sueño como este?
Al tiempo.
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