Conmemoran la muerte del Hijo de Dios, en Tomatlán

Cientos de fieles acompañaron a Jesús en el víacrucis con destino al Gólgota o Cerro de la Calavera, donde fue crucificado por órdenes de Poncio Pilatos.

Por la mañana fue juzgado por cometer blasfemia y decirse hijo de Dios. La noche anterior fue apresado por soldado romanos, luego de que Judas Iscariote lo vendiera por 30 monedas.

Después fue llevado ante Caifás, quien al no tener el poder de matarlo, decidió enviarlo a Pilatos y, a pesar de que Claudia, esposa del gobernador, le dijo que no lo juzgara, éste obedeció a los sacerdotes. Antes liberó a Barrabás, un ladrón.

Ya en la cruz, Jesús expresó que «todo está consumado». Al lado de dos ladrones, Dimas y Gestas, el primero recriminó al nazareno y, de manera inmediata, el que estaba a su diestra, lo defendió, a lo que Jesús le prometió estar a su derecha en el paraíso.

Minutos antes de su muerte, durante su agonía, el llamado Hijo de Dios llamó a Elí y dijo que su padre lo había abandonado:»Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu», fueron las últimas palabras. El cielo se nubló. La tierra tembló. El templo se partió en dos. En verdad era el Hijo de Dios. Los romanos crucificaron a un inocente.
Su madre María lloró al lado de Juan, uno de los discípulos de su hijo.

De esta manera se efectúo el 51 aniversario de las representaciones de la Pasión en el municipio de Tomatlán, donde cientos de fieles acompañaron a Jesús durante su pasión y muerte por todos los hombres.