¿Un antiácido después de cada comida? Expertos alertan por efectos secundarios

Habrás observado esta sucesión muchas veces: Comida copiosa, postre, copa y… una pastilla de antiácido. Ojo a esta rutina, porque los antiácidos, que en momentos puntuales cumplen su función sin peligro alguno, no producen buenos resultados si se abusa de ellos para tratar la acidez gástrica.

Una de las raíces del abuso proviene de que son medicamentos de venta libre, con lo cual muchos afectados por reflujo acaban automedicándose y tomándolos como si fueran pastillas para el dolor de cabeza.

Estos son algunos de los problemas que pueden causar los antiácidos:

BICARBONATO SÓDICO: PRODUCE EFECTO REBOTE
Si la acidez persiste, la ingesta de bicarbonato se debe interrumpir ya que su uso durante largos periodos de tiempo puede provocar un efecto bumerán. Es decir, corremos el riesgo de provocar el efecto contrario al esperado: más acidez.

Ello se debe a que ante cantidades excesivas de bicarbonato de sodio, el estómago producirá mayor cantidad de ácido para compensar que ha sido neutralizado por la sustancia básica. Esto motivará que necesitemos tomar más bicarbonato, que a su vez hará producir a nuestro estómago más ácido.

ANTIÁCIDOS CON MAGNESIO: SOLUCIONAS UN PROBLEMA PERO CREAS OTRO
Si te excedes en las dosis, o lo tomas con demasiada frecuencia, es posible que te cause diarreas.

ANTIÁCIDOS CON CALCIO: SE VAN AL LADO OPUESTO
El carbonato de calcio es supuestamente responsable de la reducción de la frecuencia de los movimientos intestinales en las personas con problemas para absorber el calcio. Como resultado, este va a parar al intestino y provoca un aumento de la absorción intestinal de líquidos, con lo que el bolo fecal se hace más compacto y la frecuencia de defecación disminuye.

Si el problema persiste por mucho tiempo, puede convertirse en estreñimiento. El carbonato de calcio también interfiere con las funciones gastrointestinales y a menudo conduce a la formación de gases o hinchazón.

ANTIÁCIDOS CON ALUMINIO: EN EL PUNTO DE MIRA
El hidróxido de aluminio está presente en muchos compuestos analgésicos y antiácidos. En principio, esta forma molecular puede ser gestionada sin problemas por el cuerpo y expulsada.

Pero es mejor consultar con un médico en caso de que se haga uso diario de ellos, porque el aluminio a elevados niveles puede tener efectos secundarios graves en personas que no lo metabolicen bien. Entre ellas las cefaleas, los vómitos, el estreñimiento o la pérdida de calcio en los huesos.

EL OMEPRAZOL
Los antiácidos comentados arriba son para la acidez ocasional, pero los tratamientos de otras complicaciones gástricas relacionadas con la acidez, tienen efectos que también se deben tener en cuenta: El omeprazol, uno de los medicamentos más usados para los problemas derivados del reflujo, y que también se utiliza como protector gástrico, se cree que causa déficit de vitamina B12 cuando se usa durante periodos prolongados, según un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association.

Si esta vitamina no está en los niveles adecuados lo que comienza como cansancio, puede derivar en anemia o incluso en daños neurológicos, si se mantiene el deficit.

Consulta a tu médico

Ante este tipo de peligros, si tomas antiácidos a menudo, haz un seguimiento con el médico y sigue estrictamente su pauta, puesto que será capaz de considerar beneficios y riesgos de cada medicamento para conseguir al mismo tiempo evitar los daños que el reflujo puede causar en el cuerpo sin que los efectos secundarios te importunen.

Fuente: Sin Embargo