Los daños que deja frotarse los ojos

Una costumbre que todo tenemos casi de manera automática es frotarnos los ojos, sobre todo cuando estamos cansados o sentimos picazón; sin embargo, hacer esto provoca daños como alteraciones de la superficie ocular.

“Al frotar en exceso la córnea ejercemos una presión que hace que se deforme progresivamente, dando lugar a un cambio en su forma y curvatura”, explica el doctor José Luis Güell, coordinador del Departamento de Córnea y Cirugía Refractiva de IMO.

El especialista añade que si bien no hay una frecuencia exacta que pueda ser perjudicial para los ojos, está claro que hacerlo a diario pone en riesgo a las personas, sobre todo a quienes tienen predisposición genética a padecer irregularidades y malformaciones patológicas en la superficie corneal, conocidas como ectasias.

Puede provocar queratocono
De acuerdo a diversos estudios, frotarse los ojos tiene una fuerte relación con el queratocono en un 45%.

“Hay una estrecha relación entre este hábito y el queratocono, ya sea como desencadenante del mismo o como factor que lo agrava”, indica Óscar Gris, doctor del Departamento de Córnea y Cirugía Refractiva de IMO.

En el caso de quienes ya padecen la enfermedad, se debe tener mayor cuidado al fritar los ojos, pues esta patología es la principal causa de trasplante de córnea en pacientes jóvenes.

¿Qué provoca frotar los ojos?
Por otra parte, el frotamiento de los ojos puede ser la consecuencia de otros padecimientos o comportamientos que debemos eliminar porque nos está dañando la salud.

Las principales causas de este mal hábito son:

Ojo seco: surge por el excesivo uso de computadoras o dispositivos móviles. Para tratarlo, lo mejor es parpadear 14 o 18 veces por minuto. Las lágrimas artificiales también ayudan.
Tabaquismo: provoca ojo seco e irritación debido a que se produce una vasoconstricción o estrechamiento de los vasos sanguíneos.
Mal uso de lentes de contacto: no seguir las indicaciones adecuadas, puede causar infecciones como la queratitis que es causada por una bacteria, virus u hongo que debe tratarse inmediatamente para evitar una pérdida de visión.