Vestido de gala y acompañado de su esposa, Donald Trump dedicó unas breves palabras a unos pocos medios de comunicación que acudieron a la exclusiva celebración de fin de año que el presidente electo de Estados Unidos celebró en un resort de su propiedad en Palm Beach, Florida.
En su particular mensaje de fin de año, Trump aseguró que tiene información privilegiada “que nadie más tiene” sobre los ciberataques que sufrió EU durante los meses previos a las elecciones de noviembre y de los que la administración Obama acusa directamente al Kremlin y al presidente ruso, Vladímir Putin.
Cuando los periodistas le preguntaron de qué tipo de informaciones se trata, Trump no quiso dar explicaciones y se limitó a anunciar que lo contará esta semana, “el martes o el miércoles”, dijo.
Trump, que ya había tachado de “ridículo” que Putin pudiera haber tratado de favorecerle en los comicios a través de un ‘hackeo’, volvió a mostrar sus dudas sobre la autoría, pidiendo al gobierno que él sustituirá el próximo día 20 y a las agencias de inteligencia “que estén seguros” de que fue Rusia, “porque es una acusación bastante grave”, comentó.
Para apuntalar su explicación, el magnate recurrió a recordar el “desastre” que provocaron las informaciones que manejaban en 2003 las agencias de inteligencia apuntando a que el régimen de Sadam Husein en Irak poseía armas de destrucción masiva. Acusaciones que se demostraron falsas.
“Sé mucho sobre pirateo informático”, remarcó también Trump, para agregar que la autoría del ciberataque “es muy difícil de probar, así que podrían ser otros” los responsables, comentó.
FELICITACIÓN ENVENENADA. En un mensaje en su plataforma favorita, la red social Twitter, el magnate felicitó el nuevo año “a todos”, “incluyendo a mis muchos enemigos y a todos aquellos que han luchado contra mí y han perdido de forma tan aparatosa que no saben qué hacer”, dijo.