No cabe duda que el ánimo entre el priismo de todo el país, pero particularmente en el de Veracruz, está por los suelos.
El acto conmemorativo de la promulgación de la Ley Agraria, que antes representaba uno de los momentos de mayor trascendencia de la política nacional y donde incluso se destapaban futuros gobernadores de Veracruz, hoy es una pálida sombra de lo que fue. Desangelado es el calificativo más suave que podría endilgársele, pues ni siquiera se llenó el World Trade Center.
Además, finalmente el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, no acudió en representación de la Presidencia de la República. Eso le tocó al secretario de Agricultura, José Calzada Rovirosa, cuyo peso político específico es el de una pluma en el espacio exterior.
Ni qué decir del “dirigente” nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza. Ninguna emoción concitó el habilitado –que no habilidoso- presidente del CEN tricolor. Es como leña de pirul, que no sirve ni pa’ arder, dijera una canción popular mexicana.
Entre la pérdida del poder en Veracruz y la cada vez mayor posibilidad de que la experiencia se repita en los comicios de este año y en la sucesión presidencial, los priistas andan igual que su “jefe político”, el presidente Enrique Peña Nieto, quien la noche del jueves, en cadena nacional, le preguntó a los mexicanos “¿qué hubieran hecho ustedes?” en el tema del “gasolinazo”, sellando con esa pregunta su paso por Los Pinos.
Así lo priistas. Ya no saben qué hacer.