En casa se quedaron a esperarlo su esposa Karina, su hija de cinco años y su hijo de tres. Este jueves José Hernández García esperaba salir de trabajar y durante la noche llevarles los regalos de Reyes Magos. Sin embargo, ya no pudo hacerlo… él, es el agente de la policía capitalina que murió al tratar de evitar que un grupo de vándalos saquearan una gasolinera en la delegación Miguel Hidalgo, de la Ciudad de México (CDMX).
José Hernández tenía 31 años de edad. Era originario de Veracruz. Allá estudió hasta la preparatoria y luego se decidió viajar a la Ciudad de México para enlistarse en las filas de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) capitalina.
Aquí se casó con Karina Sánchez, una mujer cinco años más grande que él, con la que vivía en la colonia Santa Lucía, en la delegación Álvaro Obregón.
Apenas el pasado 16 de noviembre, cumplió 10 años dentro de la corporación.
Su placa era la 861620. En su paso por la SSP, se dedicó a patrullar las calles de cuatro diferentes sectores. Su expediente destaca que su conducta siempre fue buena.
La tarde del miércoles se apresuró a llegar a una gasolinera de la colonia Observatorio. Los trabajadores del lugar pedían ayuda porque un grupo de sujetos quería tomar dos islas despachadoras y saquearlas.
A las 19:10 horas, llegó al lugar donde lo necesitaban. Aquellos hombres que buscaban robar el combustible iban en una camioneta Ford Lobo, negra y un auto rojo. Al verlo buscaron escapar.
José Hernández intentó detenerlos. Y en eso, se llevó la vida. Los hombres le pasaron por encima uno de los vehículos en los que huyeron. Al verlo lesionado, tendido en el piso boca abajo, escaparon. La camioneta Ford Lobo la dejaron ahí abandonada.
Al lugar llegaron algunos de sus compañeros, también paramédicos. Le colocaron un collarín, lo subieron a una camilla y a una ambulancia… pero al final, de nada sirvió.
A las 20:45 horas el doctor Alberto Basilio Olivares lo declaró muerto. Su diagnóstico del deceso indica que murió “por traumatismo craneoencefálico, contusión profunda de tórax, choque hipoglucémico, fractura y hundimiento craneal”.
La misma noche del miércoles, llegó su esposa para tratar de verlo. Ya no pudo hablar con él.
Ayer, ella y sus compañeros lo tuvieron de nueva cuenta frente a ellos. Pero ahora estaba dentro de un féretro de madera.
Por la tarde le realizaron una ceremonia en las instalaciones de la Unidad de Protección Ciudadana (UPC) Tacubaya. El Secretario de Seguridad Pública, Hiram Almeida, se presentó en el lugar a rendirle honores al agente caído.
El mando platicó con algunos de sus familiares. Les entregó la bandera de México y les aseguró que los acompañaban en su dolor. Almeida Estrada dio la orden de apoyar a su familia con todo lo que necesitaran.
El agente José Hernández García ya no pudo llevar sus regalos de Reyes a sus hijos. Lo último que les dejó fue su seguro de vida. Aquella niña y su hijo estaban anotados como sus beneficiarios si él llegaba a morir en cumplimiento del deber.