Dos personas fallecieron ayer y otras diez quedaron heridas en la ciudad turca de Esmirna cuando se enzarzaron en un tiroteo con dos terroristas que trataban de causar una matanza en un juzgado de la ciudad, ubicada en la orilla oeste de la costa mediterránea del país.
El gobernador de Esmirna, Erol Ayyildiz, explicó que la policía dio el alto a un coche que intentaba entrar en el estacionamiento de los juzgados de la urbe, pero que sus ocupantes salieron a la carrera, a la vez que detonaron el vehículo.
La policía disparó a los supuestos terroristas y mató a dos de ellos, mientras que un agente y un ujier de los juzgados también murieron en el tiroteo. Aún así, algunas informaciones apuntan a que podrían haber muerto como causa de la explosión del vehículo.
En el coche encontraron fusiles, lanzagranadas y 5 granadas de mano, lo que hace pensar que la policía evitó “una enorme masacre”, según dijo del vice primer ministro turco, Veysi Kaynak.
El gobierno turco apunta a otro acto de la facción extremista del Partido de los Trabajadores Kurdo (PKK), los Halcones de la Libertad del Kuridstán (TAK), a los que no diferencia del PKK, pero Kaynak no se atrevió a confirmar las sospechas.
“Apunta al PKK, apunta al Dáesh, a quien sea”, dijo el vice primer ministro, porque ambos “están colaborando en acciones conjuntas”, añadió Kaynak.
BÚSQUEDA. Mientras tanto, algunas informaciones agregan también que existiría un tercer atacante en el atentado de Esmirna, y que este habría logrado huir. En este caso, este se sumaría al asesino de Estambul, que en Nochevieja mató a tiros a 39 personas en el elitista club Reina.
Este continúa prófugo ya a cinco días del atentado, pero Kaynak aseguró ayer que “las fuerzas de seguridad conocen la identidad del terrorista y conocen los lugares donde se puede hallar con cierta probabilidad, así como su vínculos”.