I de II Partes
Orizaba es un municipio que ya experimentó la alternancia en su gobierno local, fue en 1994 cuando después del pésimo y corrupto gobierno de Armando Ruiz Ochoa los orizabeños castigaron al PRI y llevaron a la alcaldía al panista, Tomás Trueba Gracián, médico y empresario.
Nunca antes el PRI había perdido el ayuntamiento hasta esa ocasión y si bien Tomás Trueba no fue un excelente edil, tres años después el PAN volvió a ganar las elecciones con el doctor Ángel Escudero Stadelmann como presidente municipal, pero éste si realizó una pésima administración e hizo que el partido tricolor recuperara el poder, esta vez con Martín Gaudencio Cabrera Zavaleta, quien guardadas todas las proporciones fue como Javier Duarte de Ochoa, el más corrupto gobernante del que los orizabeños tengamos memoria.
Dice un dicho popular: “quieres conocer a un pendejo, solo dale tantito poder” y es que Martín Cabrera enloqueció, nunca había tenido y cuando tuvo se perdió. Fueron también empresas fantasma, facturas apócrifas, nepotismo, derroche, borracheras, prostitutas, amigos, serenatas con los mejores tríos del país, deudas, deudas y más deudas fue su herencia.
Era obvio, el PRI volvió a perder y gobernó la pluviosilla el también doctor Emilio Stadelmann López, de extracción albiazul. Fueron años grises y si bien hubo algunas obras y acciones, no fueron suficientes para que el PAN se perpetuara por un trienio más.
Llegó entonces el primer periodo gubernamental del millonario empresario Juan Manuel Diez Francos, quien le dio un toque diferente a la ciudad, la remosó y mejoró en muchos aspectos, por lo que dio pie para que su candidato y a la postre sucesor, Hugo Chahín Maluly, ganara la silla presidencial abanderado por el Revolucionario Institucional. Ellos son uno mismo, amigos, socios y confidentes, son como Pinky y Cerebro; todos sabemos quién es el cerebro y cuál de ellos es un títere que sólo se acciona cuando lo sacan del baúl y le mueven los hilos.
Socios en la construcción de la Plaza Valle y uno que otro negocito, Diez y Chahín quieren repetir la historia, pues al iniciar el último año del segundo periodo de gobierno de Juan Manuel Diez Francos, ésta vez de cuatro años, dicen las malas lenguas que al títere ya lo sacaron del baúl y le están quitando el polvo y las telarañas en la cabeza, porque de esas tiene muchas y si no que le pregunten a su esposa Lizeth Kuri de Chahín, quien le ha pedido el divorcio en reiteradas ocasiones, luego de que se enteró la fichita con la que está casada. Vaya hasta el cuñado, el tiburón mayor, Fidel Kuri Grajales lo quería devorar, pero al final se la perdonó o al menos eso cree el político enano o ¿enano político?, bueno como sea, para el caso es lo mismo.
Hugo Chahín quiere repetir como alcalde y su padrino Juan Manuel Diez lo impulsa. Es cierto éste último ha realizado un gran trabajo por la ciudad, a caso la más bonita de todo el estado, con calles bien pavimentadas, banquetas modernas, señalamientos, semáforos, parques infantiles, teleférico, museos, mercados, mayor seguridad, comunicaciones, paseos, etc.
Pero no todo es materialismo, debemos reconocer que al alcalde orizabeño en turno, muchas veces le ha ganado la soberbia, como si Orizaba fuera sólo él y los ciudadanos tuvieran una importancia relativa o inferior y muchas veces ha impuesto su voluntad con la fuerza del dinero o la fuerza pública. Ha sido una necesidad imperiosa trabajar fuerte para resolver las carencias del empleo, la vivienda y el sustento de la ciudad, es decir, se han encontrado mecanismos para generar más ingresos a la tesorería municipal sí, pero se han dejado de lado los valores más elementales y a veces se han olvidado de la propia gente, del pueblo y su necesidad, de aspectos elementales como la salud, la educación y el desarrollo social.
Existen vacíos que tienen que ver directamente con el rescate de la dignidad humana y de los que nadie parece darse cuenta. Es cierto, es bonito tener nuevas calles y bien pavimentadas, eso permite a quienes venden autos colocar muchos más, pero se olvidaron que aún en nuestra ciudad, urbana 100 por ciento, existen mujeres, hombres, ancianos y niños descalzos, que no tienen para un par de zapatos. Tenemos un moderna plaza comercial, con tiendas y marcas de prestigio, cuando hay cientos de familias que no tienen comida en su mesa, niños que no van a escuela porque no tienen para pagar la inscripción o comprar los útiles ni los uniformes.
¿Quién se ha encargado de eso? ¿quién se ha preocupado porque haya escuelas públicas suficientes y de calidad para nuestros hijos, que en las colonias de Orizaba no haya hambre, desnutrición y enfermedades? ¿Nadie?, esta última no es pregunta……Continuará
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