Pues sucedió lo que ya era inevitable. El dólar americano rebasó la línea de los 22 pesos y se ubicó en su máximo histórico este martes.
Ni la intervención del Banco de México y mucho menos el gris acuerdo peñista para dizque apoyar la economía familiar pudo detener la caída del peso, en medio de la crisis económica y social por la liberalización del precio de los combustibles fósiles.
Y agárrese, porque se va a poner peor. Analistas financieros estiman que una vez que Donald Trump asuma la Presidencia de los Estados Unidos y anuncie sus medidas de política económica, muchas de las cuales ya ha adelantado y pasan por joder directa y alevosamente a México, el precio del dólar podría llegar a 24 pesos.
Mientras tanto, en Los Pinos están pensando en política y viajes al extranjero.