Cuba y Estados Unidos sellaron ayer con un acuerdo firmado en La Habana los cambios migratorios que ponen fin a la política preferencial que aplicaba Washington a los inmigrantes ilegales cubanos, una histórica reivindicación del régimen castrista.
“Hoy, EU está dando pasos importantes para avanzar hacia la normalización de relaciones con Cuba, dijo el presidente Barack Obama en un comunicado. En su mensaje, y con miras al inminente inquilino de la Casa Blanca, el republicano Donald Trump, que ha amenazado con revisar las relaciones con La Habana, Obama defendió el acercamiento a la isla como “la mejor manera de garantizar que los cubanos pueden disfrutar de prosperidad, buscar reformas y determinar su propio destino”.
“Tal como dije en La Habana, el futuro de Cuba debería estar en manos de los cubanos”, subrayó el presidente demócrata.
Fin a la Ley de Ajuste. El pacto elimina la polémica Ley de Ajuste Cubano de 1966, que garantizaba que todo cubano que entre a EU de forma legal podrá obtener la residencia al año y un día de poner pie en territorio estadunidense. En 1995, tras el éxodo masivo de balseros de un año atrás, el Gobierno de Bill Clinton hizo un agregado a esa normativa que se pasó a conocer como la política de “pies secos, pies mojados”, que implicaba que todo cubano que lograran tocar tierra (“pies secos”) podían permanecer en EU, obtener un permiso de trabajo y unas ayudas iniciales y, transcurrido el año, pedir la residencia permanente. Sin embargo, si era interceptado en el mar (“pies mojados”) era devuelto a la isla.
A partir de ahora, los cubanos que entren de forma ilegal a EU serán tratados “de la misma manera que tratamos a los migrantes de otros países”, subrayó Obama.
Por su parte, Cuba también se comprometió a “garantizar el derecho a viajar y emigrar de los ciudadanos cubanos y de regresar al país, de acuerdo con los requerimientos de la ley migratoria”, que fue modificada por el Gobierno de Raúl Castro en 2013 con importantes cambios como la eliminación del “permiso de salida”.
Impacto en México y CA. El gobierno cubano recordó que la ley ayer derogada “provocó crisis migratorias, secuestros de naves y aeronaves, trata de personas y un impacto extraterritorial desestabilizador creciente sobre otros países de la región [en referencia a México y los países centroamericanos], utilizados como tránsito para llegar a territorio estadunidense”.