Disputa de narcos rompe paraíso en Playa del Carmen

El festival más famoso de música electrónica que se celebra en Playa del Carmen, Quintana Roo, conocido como BPM, fue interrumpido y cancelado definitivamente la madrugada de este lunes luego de un enfrentamiento a balazos dentro de un bar, lo que derivó en la muerte de cinco personas y que 15 más resultaran heridas.

Un hombre originario de Canadá, uno más de Italia (ambos integrantes del cuerpo de seguridad del BPM), un estadounidense y dos veracruzanos fueron las personas que perdieron la vida tras el ataque ocurrido en la discoteca Blue Parrot.

Hasta ayer, las autoridades de la Fiscalía del Estado seguían al menos tres líneas de investigación sobre lo que había sucedido: una de ellas aseguraba que un grupo de hombres llegó hasta el centro nocturno ubicado en la llamada Quinta Avenida, y se dirigió al área VIP para tratar de sacar a uno de los clientes.

Sin embargo, algunas personas que lo acompañaban y personal de seguridad habrían intentado defenderlo, lo que desató el tiroteo dentro del establecimiento.

Otra de las líneas de investigación la dieron las mismas autoridades del estado, que informaron que podría tratarse de la disputa que grupos del crimen organizado tienen por el control de la plaza.

Fue el fiscal general del estado, Miguel Ángel Pech Cen, el que dio esta hipótesis al tiempo en que descartó que se tratara de un ataque terrorista, como ha sucedido en bares de diversas partes del mundo.

“Lo que tenemos de las aportaciones de algunos videos en blanco y negro, vemos la entrada de una persona que se dirige a la región de VIP, y se va directamente contra el hombre que fallece… lo que muestra indicios de que era una ejecución directa”, refirió el fiscal en entrevista con Carlos Loret de Mola en Radio Fórmula.

Una versión más que se dio indica que el atacante formaba aparte de un grupo de delincuentes extorsionadores que buscaba cobrar una “cuota” a los organizadores del evento, pero éstos se negaron a pagarla y entonces fueron atacados.

El gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, atribuyó el hecho a “la intolerancia y el conflicto de intereses entre dos individuos”, lo que “conllevó a que uno le disparara al otro, lo que implicó la intervención de los guardias de seguridad, a quienes (el atacante) agredió para repelerlos”.

El mandatario agregó que los disparos provocaron pánico entre los asistentes, quienes al tratar de huir aplastaron a una mujer de origen estadounidense.

Algunos asistentes grabaron videos de lo que sucedía mientras se escuchaban las detonaciones de las pistolas. La gente corría, otros se tiraban al piso, unos más se ocultaban detrás de las barras, las mesas o cualquier otro lugar que pudieran protegerse.

“Al principio no sabíamos que pasaba. Todo el mundo se tiró al suelo y nos escondimos. Luego salimos por la parte de atrás. Fueron los 20 minutos más largos de mi vida”, dijo Jeffrey Castelein, un belga de 33 años, a una agencia de noticias.

“Pensamos que eran fuegos artificiales, que era parte del show, pero de repente toda la gente empezó a entrar en pánico y a correr por todos lados. La salida está al lado de la entrada y ahí estaba sucediendo todo, no teníamos cómo salir; la gente empezó a correr pisándonos a todos”, refirió un testigo anónimo a una radiodifusora.

Las víctimas mortales fueron identificadas como Alejandra Margarita Villanueva Ibarra (Estados Unidos), Kirk Wilson (Canadá) y Daniel Pessina (Italia), integrantes de la seguridad del lugar, los veracruzanos Rafael Antonio Peñaloza Vega y Geovanni Francisco Ruiz Murillo. Hasta el cierre de esta edición ocho de los heridos habían sido dados de alta y uno más estaba en estado muy grave.

El fiscal Pech Cen dijo que aparentemente el agresor huyó en un taxi, y que se encuentra detenido el conductor que presuntamente lo ayudó. Agregó que no fue posible captar el rostro del atacante debido a que usaba una gorra y siempre mantuvo la vista abajo.

De igual forma, se dio a conocer que en el lugar de los hechos se recuperó un arma tipo revólver Taurus calibre 38, así como 20 casquillos, de los cuales seis son calibre .38” súper, 8 calibre 9 milímetros y ,6 calibre .380, así como una playera.

Por separado, la alcaldesa de Solidaridad, Cristina Torres, anunció que este festival no volverá a realizarse en Playa del Carmen y que se tomarán medidas para regular la actividad nocturna.

El BPM es un festival de música electrónica que se celebra en este destino los primeros días de enero desde hace más de 10 años. A pesar de que está prohibida la venta de drogas y el consumo de bebidas alcohólicas en la calle, es común la distribución de estupefacientes sintéticos.