GRANDES PENDIENTES EN LA AGENDA POLITICA DE LOS GOBERNANTES

Un tema de vital importancia para la población económicamente activa es el que representa la obligación tributaria que todos tenemos para aportar al Estado por la vía de los impuestos lo necesario para cubrir el gasto público.

Y ante el panorama que se observa con un gran desempleo y falta de oportunidades a la población joven, reclamante cada vez con mayor energía, de los espacios adecuados para vivir del producto de una actividad honesta, que le permita al mismo tiempo el desarrollo de su capacidad, con el propósito de forjar hombres y mujeres de bien, el reto para nuestros gobernantes es cada día mayor.

Qué decir de los niños y las personas de la tercera edad, quienes también demandan atención a la salud, acceso a una alimentación adecuada, que permita abatir los índices de enfermedades endémicas y espacios dignos en el caso de los niños para estudiar y convivir con los demás y en el caso de los adultos mayores para alcanzar una vejez tranquila, sin exposición a la violencia, al abandono y al olvido de quienes se asumen como dirigentes sociales sin capacidad de respuesta para la problemática social de hoy.

No se han ocupado los gobernantes de proponer las soluciones que reclama la población a sus demandas y ni siquiera se ha debatido un programa de gobierno que despierte la esperanza de los ciudadanos.

El INEGI registra casi 120 millones de mexicanos, de los que cincuenta y dos millones forman parte de la población económicamente activa de acuerdo con los registros del Servicio de Administración Tributaria, que los considera contribuyentes cautivos.

Existen según registros del Consejo Coordinador Empresarial y de otras organizaciones empresariales, aproximadamente 30 millones de mexicanos que realizan actividades relacionadas con el comercio informal, sin el pago de las contribuciones al fisco, con el robo de la energía eléctrica y el agua, con la venta de mercancía ilegal, en muchas ocasiones producto del asalto y robo a los transportistas y en otras producto del contrabando que hoy favorece a los productos elaborados en China y que desde luego además de omitir el pago de impuestos, explotan salarialmente a sus trabajadores.

Y si a todo lo anterior se le suma la baja en el precio internacional del petróleo mexicano de exportación, que ha sido base de nuestra economía; el incremento en el precio de la gasolina y la restricción de las divisas que envían los mexicanos que radican en el vecino país del norte, hoy seriamente amenazados por el Presidente electo de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump; el panorama que observamos resulta sumamente difícil para gobernar con tranquilidad y paz y con prosperidad y oportunidades para todos.

La carga tributaria que sostiene al país y desde luego al estado de Veracruz y sus municipios, pesa cada día más y la desesperanza en la población, se hace más notoria ante el incremento de la inseguridad y la delincuencia cuyas notas se difunden en todos los hogares por la amplia cobertura de los medios de comunicación y sobre todo de las imprescindibles redes sociales.

El gobernante comprometido con el pueblo desde el Presidente de la República, Gobernadores, Senadores o Diputados, deberá debatir los grandes temas que preocupan a los mexicanos y elaborar un programa de respuestas que despierte la esperanza de la ciudadanía