Prohíbe Trump el uso del español en la Casa Blanca

Sin previo aviso. Antes que levantar el muro o expulsar a los inmigrantes sin documentación legal que viven en Estados Unidos, el recién elegido presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tomó una drástica medida que supone un bofetón a los más de 55 millones de población hispana que vive en el país: cerrar la web de la Casa Blanca en español.

Hasta ahora, y ante la pujanza de la minoría latina, la más importante de Estados Unidos y que supone casi el 18 por ciento de la población, existía una versión de la página web oficial del Gobierno de Estados Unidos en español, pero el mismo viernes, el día que Trump tomó posesión, desapareció, junto a otros contenidos de dicho site, como la dedicada al cambio climático. Por si fuera poco, nada más entrar a la página, lo primero que pide al usuario es su correo electrónico para enviarle información sobre Donald Trump (paso no obligatorio, pero sí muy invasivo).

El sitio web y las redes sociales en español fueron una iniciativa propiciada por el gobierno de Barack Obama. En octubre de 2009, el ahora expresidente de Estados Unidos lanzó, con bombos y platillos, el portal.

Trump no sólo cerró la versión en español. Los responsables de la web se tomaron muy en serio lo de “América primero” y buscaron cualquier rastro del idioma de Cervantes para hacerlo desaparecer. Así, un blog en dicho idioma que también era accesible en la propia web de la Casa Blanca desapareció, así como la parte del gabinete de prensa en la que se podían encontrar notas de prensa y otra información del equipo de comunicación del presidente en español.

También la cuenta de Facebook de la Casa Blanca en español dejó de estar operativa. Al tratar de entrar aparece el mensaje: “Este contenido no está disponible en este momento. Es posible que el enlace que has seguido haya caducado o que la página sólo pueda verla un público al que no perteneces”.

También había una cuenta de Twitter denominada La Casa Blanca, en cuyo perfil se podía leer: “Esto es un archivo de una cuenta de la Administración de Obama y esta mantenido por la Administración Nacional de Archivos y Registros (NARA)”. En dicha cuenta se retuiteaban los mensajes del presidente de Estados Unidos en español. Aunque no desapareció, desde el 13 de enero no tiene movimiento.

De hecho, en el menú principal de la página se podía acceder a un menú principal con un mapa de todos los contenidos a los que se podía acceder desde esta web. Si hasta el viernes era visible, no sólo el sitio “En Español”, sino muchas otras páginas, ahora dicho menú está considerablemente reducido y “desespañolizado”.

Esta medida da cuenta de la postura de la nueva Administración estadounidense frente a la comunidad hispana. Desde la campaña presidencial está claro que Trump defiende las raíces y costumbres de EU por encima de las latinos. “La única expresión en español que usó el entonces candidato republicano fue el despectivo bad hombres con el que se refirió, durante el último debate presidencial con la demócrata Hillary Clinton, para referirse a los inmigrantes ‘ilegales peligrosos’ que prometió deportar”, recuerda El País.

En las primarias republicanas, Trump criticó a Jeb Bush por hablar español durante la campaña. “Tenemos un país donde, si te quieres integrar, tienes que hablar inglés. Necesitamos que haya integración para tener un país. No soy el primero en decir esto. Este es un país donde hablamos inglés, no español”, le reclamó a su contrincante en septiembre de 2015.

Curiosamente, en esta página oficial de la Casa Blanca se mantuvo una parte dedicada al presidente Barack Obama y a su Gobierno bajo el nombre Obama White House y, aquí sí, se mantiene una versión en español con toda la información sobre el expresidente y su gabinete, así como sus logros, su familia… en nuestro idioma. También se incluye una sección dedicada a la comunidad latina.

Trump también anunció ayer que pronto va a comenzar a renegociar con los líderes de México y Canadá el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), firmado por los tres países hace dos décadas.

En un acto en la Casa Blanca en el que juraron sus cargos varios altos funcionarios nombrados por Trump, el presidente confirmó su intención de renegociar el TLCAN con el mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, a quien recibirá el 31 de enero, y con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, con quien también prevé reunirse pronto.

Hará que los medios le “rindan cuentas”

Durante su visita del pasado sábado a las instalaciones de la CIA en Langley (Virginia), Trump acusó a los medios de mentir sobre las cifras de asistencia a su investidura presidencial.

Trump dijo que los periodistas están “entre los seres humanos más deshonestos de la tierra”, al explicar que la multitud asistente a los actos de su investidura “parecía” englobar a entre un millón y 1.5 millones de personas, y que los medios mostraron imágenes y fotos de “un terreno donde prácticamente no había nadie”.

Poco después de las declaraciones de Trump, el nuevo portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, denunció en su primera comparecencia, visiblemente molesto, los intentos “vergonzosos e incorrectos” de algunos medios por “minimizar el enorme apoyo” que se vio en los actos de investidura.

Spicer llegó a afirmar que nunca antes hubo tanta cantidad de público para una investidura, “tanto en persona como alrededor del mundo”, aunque él mismo admitió que “nadie tiene cifras” oficiales porque el Servicio de Parques Nacionales no facilita esos datos.

El Gobierno de Trump va a hacer que la prensa “rinda cuentas”, ya que “el pueblo estadounidense merece algo mejor”, subrayó Spicer en un tono desafiante desde el podio de la sala de prensa de la Casa Blanca y sin aceptar preguntas.

No es la primera vez que Trump arremete contra los medios. En su primera conferencia de prensa como presidente electo censuró al periodista de CNN, tras acusarlo de publicar mentiras.