No hay mucho qué agregar: una maestra que lucha por su vida en el Hospital Universitario, y muestra ligeros movimientos; en otro de los cuartos un chico de 14 años es reportado como grave; mientras que en el Hospital Muguerza Sur, en Nuevo León, una menor presenta signos vitales estables… todas, víctimas del ataque que perpetró con un arma uno de sus compañeros hace unos días.
Los rezos por su pronta mejoría contrastan con tres casos: Uno en Petatatlán Guerrero, donde a un chico se le hizo fácil lanzar una amenaza por Facebook “¿Qué tal si yo también lo hago?”, escribió; un segundo caso se presentó en Mérida, donde un joven de bachillerato fue expulsado por mostrar intenciones de violencia; mientras que en Apodaca se le aseguró una pistola de postas a un estudiante de preparatoria que anunció un ataque.
Imitadores todos de una violencia que exigimos todos que pare… que sigue doliendo, que abre heridas, que provoca el grito de justicia…





