Ciudades santuario desafían el “chantaje” del presidente Trump

El presidente Donald Trump firmó ayer la orden ejecutiva que niega los fondos federales a las llamadas “ciudades santuario”, que protegían de la deportación a los indocumentados. De este modo, se suprimirán fondos federales a las ciudades que se nieguen a proporcionar a las autoridades federales información sobre el estatus migratorio de las personas que detienen, entre las que se incluyen las que concentran más inmigrantes hispanos: Los Ángeles, Chicago y Nueva York.

Durante la campaña electoral, Trump ya prometió que cargará contra estas urbes, llamadas “ciudades santuario”, cifradas en más de 300 en todo Estados Unidos.

Desafío. La respuesta al “chantanje” de Trump, como denunciaron activistas proinmigrantes no se hizo esperar.

El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, advirtió que acudirá “inmediatamente” a la Justicia si la Administración de Donald Trump decide poner en marcha la orden ejecutiva para cortar fondos federales a las “ciudades santuario”.

“Nueva York ha sido un lugar inclusivo desde antes de que el presidente firmara su orden ejecutiva y lo seguirá siendo. Una orden no puede cambiar lo que somos, una ciudad de inmigrantes y de oportunidades”, sostuvo.

El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, aseguró que su ciudad seguirá siendo tolerante y dará la bienvenida a todas las personas “sin importar lo que suceda en Washington, DC”.

“Separar a las familias y cortar financiación a cualquier ciudad, especialmente a Los Ángeles, por donde entra el 40 por ciento de las mercaderías estadunidense, pone la seguridad personal y la salud económica de toda nuestra nación en riesgo”, dijo el alcalde angelino.

Los alcaldes de otras cuatro ciudades californianas, San Francisco, Oakland, San José y Berkeley, también denunciaron el decreto de Trump en un comunicado conjunto: “No cederemos ante amenazas o grandilocuencia política. El Área de la Bahía seguirá siendo fiel a los valores de inclusión, compasión e igualdad, unida contra cualquier esfuerzo para dividir a nuestros residentes, nuestras ciudades y nuestro país”, dijo el alcalde de San Francisco, Ed Lee.