En 2004 ocurrió el extraño caso de una ballena en descomposición de 60 toneladas que estalló en una calle concurrida de Taiwán, cubriendo a transeúntes, vehículos y tiendas con sus vísceras y demás restos ensangrentados.
El animal muerto, de 17 metros de longitud, era transportado en un camión a una universidad para que se le efectuara una autopsia y, según los expertos, los gases de su descomposición interna y el calor de la ciudad causaron su explosión en la localidad de Tainan, en el sur del país.
La ballena había muerto tras quedar varada en la costa de la isla de Formosa.