Cómo no recordar que el entonces gobernador Javier Duarte lo mantuvo en su gabinete contra viento y marea. Primero me voy yo, dijo alguna vez el mandatario. El poder de Arturo Bermúdez era cuasi infinito. Mientras duró. Hoy se acabó. Tan se terminó que este hombre entonces inalcanzable, hoy duerme en la frialdad del Cereso de Pacho Viejo.
Tremenda sorpresa se llevó la semana pasada cuando se presentó al Juzgado para desahogar un trámite del proceso que se le sigue. Entonces, le aparecieron una nueva acusación con orden de aprehensión de por medio. Y se la ejecutaron en el momento. Bermúdez no ocultó el rostro desencajado que le motivó esta inesperada acción.
Un rostro tan desencajado como aquel que mostraron los delegados de Tránsito a quienes alguna vez citó y concentró en el patio del cuartel de San José para regañarlos con palabras nada decentes, humillarlos, sobajarlos, acusarlos de trabajar con grupos delincuenciales y cachetearlos desenfrenadamente.
El escenario en aquella ocasión se complementó con un Bermúdez rodeado de una numerosa escolta personal, más un patio lleno de uniformados y hasta francotiradores en los techos. El placer del entonces secretario de Seguridad Pública lo hizo hasta quitarse la camisa para golpear a gusto a quien quiso.
Fue Bermúdez acaso el hombre al que más transformó el poder durante el sexenio anterior. Personalmente lo traté antes. Era un simple mortal, accesible, platicador, sencillo. Al encumbrarse, una sola vez lo saludé al encontrármelo por casualidad. Enfundado en el uniforme y con metralleta al pecho, rodeado de robocops, apenas un quióbole.
Su arribo a la oficina de la pomposamente llamada Torre de Seguridad Pública, en la esquina de Zaragoza y Leandro Valle, en helicóptero. Lejos, muy lejos de los simples mortales a quienes jamás concedió audiencia. Mucho menos a las esposas de policías muertos en el cumplimiento de su deber. Menos aún a familiares de desaparecidos.
Hoy duerme en Pacho Viejo. Signos de otros tiempos en Veracruz. Los tiempos de Miguel Angel Yunes Linares.
ENTRE TRAIDORES TE VEAS
Ni a cuál irle. El diputado Rodrigo García Escalante versus el ex diputado Francisco Garrido. Agarrados del chongo y lanzándose acusaciones mutuas, cual blancas palomas, pero cada uno jalando para donde les aventaje, como siempre.
Garrido abandonó el AVE que lo encumbró a la curul y lo hizo peleándose públicamente con quien era su dirigente Alfredo Tress. Garrido salió bajo la sospecha de llenarse los bolsillos y no salpicar. Tress andaba vendiendo candidaturas. Total, para algo les tenía que servir el AVE que, finalmente, ambos y otros sepultaron el 5 de junio.
Ahora, el aún diputado del PVEM, García Escalante acusa a Garrido de vender candidaturas verdes y se dispone a seguir los pasos de su señor padre, el ex contralor Ricardo García Guzmán, especialista en traiciones y en saltar de un partido a otro, según su conveniencia.
Garrido dice que Rodrigo ha empezado a hablar mal del PVEM porque pronto se irá a las filas del PAN. Hijo de tigre, pintito. García Guzmán debe sentirse orgulloso de su vástago. Qué mejor que la traición para acomodarse y reacomodarse en los vaivenes de la política. Ricardo es vivo ejemplo de ello. ¡Qué padre!
“BAÑO” A LA RECTORA
Un verdadero “baño” le propinaron a la rectora Sara Ladrón de Guevara los investigadores de la Universidad Veracruzana, quienes de acuerdo con un reporte en la columna del compañero y amigo Pepe Ortiz Medina, le reprocharon que “exista simulación y que después de 3 años de haber presentado propuestas de trabajo concretas los hayan ignorado”, acusando la “extrema burocratización” e imposición de condiciones laborales de la nueva administración, cuando la institución no aporta recursos para las investigaciones, que son las que “llenan indicadores para bajar recursos federales”.
El encontronazo se registró el pasado 2 de febrero, cuando la Rectora sostuvo una reunión de trabajo para mejorar la gestión administrativa y los procesos de investigación financiados con recursos externos.
El investigador Luis Beltrán refirió que “después de cuatro años que nos reunieron a los investigadores y estuvimos en desacuerdo de las ‘nuevas medidas’ (extrema burocratización) que se estaban imponiendo por la entonces nueva administración, jamás nos volvieron a reunir, ni siquiera pidieron la opinión de los investigadores o hicieron una consulta general, como lo hicieron para ‘explicarnos’ las nuevas medidas y tener un ‘diálogo’ que más bien fue un ‘así se hará desde ahora’ por parte de la Dirección General de Investigaciones”, de acuerdo con la misma fuente.
Refirió que los han ignorado y que la reunión que sostuvo la Rectora con un grupo de investigadores no los representa: “me pregunto quién me representa a mí y a muchos de mis compañeros investigadores en esa mesa. Y más aún ¿cuándo nos consultaron para hacer alguna sugerencia o informaron de o las mesas de trabajo? Esto no sólo afecta a los que están en esa mesa, afecta a todos los investigadores de la UV”.
Señaló que es el resultado de una mala gestión política por parte de la Rectoría, y que en lugar de apoyar a los investigadores y enaltecer los productos que los institutos y centros de investigación aportan, “a pesar de que la UV no da ni un peso para el desarrollo de proyectos”, los ha ignorado por los últimos 3 años.
Su mensaje fue contundente: “Rectora: sólo recuerde que si los veracruzanos queremos una universidad, entonces necesitamos que realice investigación, de otra forma tendremos sólo una escuela. La investigación y la existencia de posgrados es lo que diferencia a las universidades de las escuelitas. No hace falta que los investigadores le recordemos quién llena los indicadores para tener recursos federales, ¿o sí?”, escribió Pepe Ortiz.
Lo anterior es bastante revelador de cómo se trabaja en nuestra máxima Casa de Estudios, bajo una batuta que evidentemente no está tomando en cuenta a los auténticos universitarios, concentrando sus decisiones –equivocadas, según el sentir de la comunidad investigadora- en una cúpula que se mantiene ajena a los verdaderos intereses de la UV y disfrutando de sus privilegios.
DICONSA, CUMPLIENDO
Bastante activo anda Humberto Pérez Pardavé, delegado en Veracruz de Diconsa, cumpliendo las metas y los objetivos sociales con la entrega de productos básicos en favor de millones de veracruzanos que habitan en las zonas más apartadas de nuestro Estado.
Por lo pronto, este jueves participará en Tuxpan en la feria de entrega de apoyos y servicios sociales que organiza Sedesol con todas las instituciones federales del sector.
Viernes y sábado habrá en el puerto de Veracruz una reunión evaluatoria encabezada por el propio Pérez Pardavé para cuantificar el cumplimiento de los programas Diconsa en nuestra Entidad.
Y el mismo sábado y domingo se incorporará a otras ferias de entrega de apoyos en Córdoba y Orizaba. Bien por Pérez Pardavé que es uno de los funcionarios federales cuyos indicadores lo denotan como uno de los más eficientes, lo que cobra mayor relevancia si se observa que su tarea es fundamental para atender las necesidades alimentarias de la población más marginada.
NUMERALIA
1.- Tal parece que la distancia es cada día mayor entre Miguel Angel Yunes Linares y Marijose Gamboa.
gabrielarellano_hechos@yahoo.com.mx / www.revistahechos.com.mx