Al arribo del nuevo gobierno en Veracruz, se aplicó mano dura en el tema de los despidos; con el pretexto de sacar a los incondicionales que trabajaban para el PRI de Javier Duarte fueron echados miles de empleados de las dependencias estatales.
Algunos dicen que fueron cerca de 8 mil, otros de plano aseguran que son más de 10 mil los que ahora no cuentan con trabajo fijo y sin una liquidación que les permita sostenerse en lo que encuentran otro empleo.
Pero si a todo esto le agregamos el grave problema de los deportados, cientos o miles de veracruzanos que trabajaban en los Estados Unidos de América y que están siendo expulsados bajo las reglas del nuevo régimen de aquel país, entonces más que sumar una cantidad, hay que preocuparse en extremo ante este que podría catalogarse, como una de las peores épocas de retroceso económico.
Están surgiendo negocios de todo tipo, no todos legales por cierto; la mano de obra se abarata y los que pueden salir de la entidad a buscar mejores oportunidades deambulan por otras tierras y en la Ciudad de México, tampoco es fácil.
Ya son conocidos los veracruzanos pero por recibir en los últimos tiempos muy malas noticias; las quejas son muy parecidas. Despidos sin justificación y la falta de empleo, la contratación para vacantes pero con gente oriunda regularmente del estado de Puebla, escasez casi al 100 por ciento de programas sociales, culturales y económicos en dependencias locales con la misma “cantaleta” no hay dinero.
Al no registrar Veracruz actividad económica, turística, empresarial y con el despido burocrático nunca antes visto, entonces la situación se torna cada vez más difícil e insostenible.
Ojalá, todo lo anterior no derive en mayor índice de inseguridad y se desaten los demonios ante la falta de oportunidades y desarrollo en la entidad.
El 2018 esta muy cerca y ya desde la elección municipal en este 2017 se podrá percibir, tanto el apoyo al nuevo gobierno, como el desaliento de los despedidos y sus familias, porque por cada caso hay que sumarle mínimo a 10 familiares que quedaron inconformes con la drástica medida.
Ágora
Una vergüenza absoluta. Así se podría catalogar la intención de algunos hasta hace poco cuestionados personajes que dentro de la función publica fueron exhibidos como malos funcionarios y ahora aspiran a ser presidentes municipales por la vía independiente.
Esta nueva forma de aspirar a un cargo, principalmente tuvo como base darle oportunidad a los ciudadanos sin partido de contender y darle a un giro al sistema de partidos.
Las candidaturas independientes no deben ser refugio de malandros, oportunistas, tramposos y hasta sospechosos de delincuencia.
Ágora II
Por cierto, detrás de algunos ahora aspirantes independientes a las alcaldías hay todavía más oscuros personajes financiándolos; ojalá la autoridad sea rigurosa en los requisitos y se puedan eliminar a algunos que se creen que solo con costales de dinero se puede ganar.
@monicamarena