Sin definir aún el rumbo de este país, el presidente de la república ha encontrado, nuevas tareas que le permiten llenar su agenda de compromisos para alzar la bandera de México y solicitar que con todos nuestros connacionales, exaltemos nuestra mexicanidad, nuestro respeto por los símbolos patrios y anteponer a los intereses individuales y personales de cada quien, los intereses de la república. Días después del desencuentro con Donald Trump y la cancelación de la audiencia que apresuradamente agendó el canciller Luis Videgaray; las intenciones del presidente mexicano y su gabinete, quedaron truncadas, por desconocimiento del verdadero carácter (caprichoso, prepotente y grosero) de Donald Trump, quien confiado en la superioridad beligerante, de fuerza pública y de dinero de los Estados Unidos de Norteamérica; en vez de suavizar su discurso de campaña, Donald Trump le imprimió mayor contundencia a los malos tratos que había anunciado en contra de nuestro país.
Salieron al paso los corifeos de siempre para servir de tapete al mandamás de los Pinos y a los intelectuales se sumó el gremio periodístico enquistado en la nómina de la oficina de prensa de la presidencia, para insistir en una respuesta ciudadana, de apoyo a la dignidad presidencial, que aunque tardíamente, se hizo sentir con los boletines de prensa y los videos grabados por el presidente y reproducidos una y mil veces por todos los medios de comunicación; los oportunistas dirigentes de todos los partidos políticos, a destiempo también, programaron giras para visitar a los migrantes mexicanos y asumir su defensa legal y política para evitar su deportación. Tres ex presidentes de la república han insistido en la necesidad de demostrar la unidad nacional en torno al Presidente Peña Nieto; y el único que se encuentra desaparecido y al margen de este incidente diplomático, es el licenciado Carlos Salinas de Gortari, cuyo patriotismo se manifestó siempre durante su periodo presidencial y hoy ni se oye, ni se siente.
La necedad de Donald Trump en hostigar a México, ha propiciado el involucramiento de dieciocho organizaciones nacionales, defensoras de los derechos humanos, patrocinadas con recursos propios y varias de esas organizaciones, con un trabajo acreditado que les ha dado un prestigio nacional e internacional, en su lucha contra las prácticas de tortura, desaparición forzada, tráfico de personas y ahora en contra de la deportación masiva de los migrantes mexicanos. La convocatoria para las marchas del próximo domingo, anuncian una caminata desde el Auditorio Nacional, hasta la glorieta del Ángel de la Independencia y se espera una gran “participación ciudadana”, ajena a la borregada tradicional, con la que nutren sus contingentes los partidos y asociaciones políticas. Los dirigentes de estas organizaciones, han sido claros en deslindar el respaldo a los migrantes, del respaldo a Enrique Peña Nieto y como nadie busca la confrontación con los Pinos, la marcha es coordinada por Causa en Común; Centro de Estudios Espinoza Yglesias; Centro de Investigaciones y Docencia Económica; Coparmex; Fundar; Impunidad Cero; Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM; Instituto Mexicano para la Competitividad; Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia; Mexicanos contra lamCorrupcion y la Impunidad; Mexicanos Primero; México Unido contra la Delincuencia; Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad; Transparencia Mexicana; Universidad Del Valle de México; Universidad Nacional Autónoma de México; Universidad Panamericana y Universidad Tecnológica de México; sin duda se sumarán otras tantas organizaciones y liderazgos con buenas intenciones; aunque desde ahora, también se espera, el arribismo de los oportunistas que buscarán reflectores para otros propósitos utilitarios de interés personal.
El objetivo que se expresa en la convocatoria, consiste en el llamado a la unidad nacional; la exigencia de que el gobierno informe sobre cualquier tipo de negociación o acuerdos que llegaran a suscribir los gobiernos de México y Estados Unidos; acabar con la simulación (imposible de lograr) para asumir acciones concretas que acaben con la marginación y la pobreza que afecta a sesenta millones de mexicanos, según fuentes del INEGI; poner fin a la corrupción inseguridad e impunidad, que son los grandes males de la época; respeto a los derechos humanos con la universalidad que establece la Constitución y los Convenios Internacionales suscritos por México. La convocatoria difundida señala las doce del día para iniciar la caminata por todo el Paseo de la Reforma y se pide a los participantes, vestimenta de color blanco, para evitar confusiones o malos entendidos; el número de participantes, está indeterminado por los organizadores; pero se espera una multitudinaria asistencia, con el propósito de que la resonancia del mitin con el que habrá de concluir, se escuche hasta la Casa Blanca.
En la provincia, se han enlistado catorce de las más importantes ciudades, que paralelamente realizarán marchas similares, organizadas por la sociedad civil, sin vínculos con el gobierno, y esencialmente, para respaldar a los migrantes y residentes mexicanos, amenazados con perder los derechos adquiridos y los empleos que vienen desempeñando en la Unión Americana. Se espera que el experimento de unidad nacional, logre los mejores resultados para que gobernantes patanes, sin sensibilidad social y sin formación política, le vayan midiendo al Nuevo México, que sin duda, resultará al final de la jornada dominical.