Una buena polémica se soltó luego de que Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad dio a conocer que en la delegación Cuauhtémoc de la Ciudad de México se otorgaron contratos a empresas del estado de Zacatecas, ligadas a la hija del ex gobernador de esa entidad y actual mandatario de la propia delegación, Ricardo Monreal, quien aspira a ser jefe de gobierno bajo las siglas de su actual partido, Morena.
Con la retórica inflamada que caracteriza a los lopezobradoristas, Monreal lo negó todo y nomás le faltó decir que se trata de un “compló” en su contra, orquestado por la “mafia del poder”, con la que por cierto, su patrón ya se está arreglando últimamente.
Pero resulta que El director general de Administración de la delegación Cuauhtémoc, Salvador Loyo, reconoció que sí entregaron contratos a dos amigos de la hija de Monreal, pero que nomás fue el 3.9 por ciento del total de las licitaciones.
Pero todavía en la onda de justificar lo injustificable, el funcionario delegacional “aclaró” que no es Monreal quien entrega los contratos, sino a través de invitaciones de un grupo colegiado o bien de procesos de licitación.
Que les haya tocado a los “cuates”, cuyas empresas nunca habían trabajado antes en la Ciudad de México, es pura coincidencia. ¡Cómo va a usted a dudar de la pureza de los morenos!