El gobierno ucraniano acusó ayer a Rusia de reconocer, “de facto”, a las repúblicas secesionistas del este del país al aceptar como validos los pasaportes emitidos por los territorios rusófonos de Lugansk y Donetsk, levantados contra Kiev desde hace tres años, y donde el conflicto armado se ha recrudecido en este 2017.
Ucrania “condena firmemente” y “no reconoce” la decisión de Moscú, según un comunicado que emitió ayer la cancillería ucraniana. El gobierno de Kiev considera que, así, el Kremlin viola su integridad territorial, “una vez más”, y recuerda que las regiones prorrusas son, en la práctica, “territorios ocupados” por Rusia.
Asimismo, Kiev llama a Occidente a “reforzar la presión sobre Rusia” para que respete los Acuerdos de Minsk de febrero de 2015, de cuyo cumplimiento depende el levantamiento de las sanciones internacionales contra el Kremlin.
Los políticos ucranianos temen que este sea el primer paso hacia la independencia y posterior anexión de Lugansk y Donetsk a Rusia, ya que ahora los habitantes de la región podrán entrar en territorio ruso sin tener que tramitar un visado.
PROVISIONAL. Entre tanto, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, defiende la decisión asegurando que es una medida “provisional”, hasta que Kiev, dice el Kremlin, cumpla los acuerdos de Kiev, y que tiene un carácter “humanitario”, para los habitantes de estos territorios, sobre los que el gobierno ucraniano aplica un bloqueo.
TREGUA. Mientras tanto, para afrontar la escala de tensión entra hoy en vigor un alto el fuego en la región, pactado entre Moscú y Kiev el sábado, gracias a la mediación de Francia y Alemania.