Si no fuera porque comenzó a reportarse en los medios, fuera del centro del puerto de Veracruz, nadie se habría enterado que este miércoles dieron inicio las fiestas carnestolendas con la tradicional quema del “Mal Humor”.
No sólo no se siente que sea la fecha de lo que se llegó a llamar el “carnaval más alegre del mundo”. No hay ambiente, no hay expectativa por esta fiesta popular que en otro tiempo ponía a Veracruz en la mirada de todo el mundo.
Varios factores confluyen en este gélido arranque del carnaval de Veracruz. La principal, la absoluta ausencia de promoción por parte del gobierno estatal, al que está visto que las fiestas populares no le importan nada, a pesar de que ayudan a la economía local, por la cual, dicho sea de paso, la administración de Miyuli tampoco ha hecho mucho que digamos.
Claro que si el junior “Fer” llegara a ganar la elección de alcalde en junio próximo, jure que para 2018 el Carnaval retomaría su “esplendor”. Pero por lo pronto, puro pinole.





