Para quienes no están muy familiarizados con el futurismo político, ninguna lección es mejor que conocer los entresijos del pleito ranchero que están protagonizando el líder supremo del partido Movimiento Renovación Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, y el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares. Ambos tienen la piel tan fina que pronto llegaron a las bravuconadas, pero es que el diferendo, con tener como escenario inmediato los comicios municipales de junio próximo, en realidad tiene que ver con la elección de 2018 para Gobernador del Estado.
En efecto, uno y otro (porque el PRI ya sale sobrando) están tratando de desprestigiarse mutuamente porque están en juego los súper comicios del próximo año, en que se elegirá, entre otros cargos, el de Gobernador del Estado, una oportunidad en que se jugarán las candidaturas y la posibilidad de gobernar la tercera entidad en número de votos tanto el panista Miguel Ángel Yunes Márquez, quien este diciembre concluye su período como alcalde de Boca del Río, como la diputada federal por el distrito 11 de Coatzacoalcos y coordinadora del Grupo Parlamentario de Morena, Rocío Nahle García, a quien López Obrador le ha dado en la práctica la dirección de su partido en la entidad.
Aunque no vea muy metida en las polémicas públicas concernientes a Veracruz a esta ingeniera química zacatecana, con especialidad en Petroquímica, un diplomado en Ingeniería Química de Procesos por la UNAM y otro en Viabilidad Económica en Procesos Industriales por la Universidad Veracruzana, lo cierto es que es la carta fuerte de Morena para ganar su primera gubernatura (si no le gana este año Delfina Gómez Álvarez en los comicios del Estado de México). Y es que para lidiar con los pleitos más acérrimos de la comarca se pintan solos Andrés Manuel y su discípulo Cuitláhuac García Jiménez.
La polémica de este miércoles entre Yunes Linares y López Obrador tiene tintes de convertirse en una guerra campal de largo aliento. En él se han olvidado los más básicos principios de la política para convertirse en una guerra de acusaciones en que no sabemos quién saldrá mejor librado. Por supuesto, la elección de 2016 dejó muchos flancos oscuros en la actuación de Morena, por las evidencias de financiamiento ilegal del entonces gobernador Javier Duarte de Ochoa a la campaña de Cuitláhuac García Jiménez, que amenaza Yunes Linares en hacer públicas.
Sin ir muy lejos, este jueves el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares aseguró, en una entrevista con Luis Cárdenas, que tiene un documento con un acuerdo entre el gobierno de Javier Duarte y varios líderes de Morena, y aseguró que la anterior administración tenía un convenio para pagar 2.5 millones de pesos mensuales a integrantes de Morena para que no hicieran disturbios en la entidad, particularmente en una región, el sur de Veracruz, que pega directamente en las aspiraciones de Rocío Nahle.
“Está firmado por los líderes de Morena y está firmado por la Presidenta del Congreso. Es un punto muy sensible para los habitantes de Coatzacoalcos, porque cada que los de Morena se les ocurría dejar sin agua a medio millón de personas, cerraban las válvulas de la Presa Yuridia y extorsionaban al gobierno. Lo que hizo Duarte fue darles 2.5 millones de pesos mensuales”, dijo Yunes en cadena nacional.
Además de anunciar la pronta publicación del documento que acredita la participación de los morenistas en este acuerdo, el gobernador acusó al líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, de conocer sobre este acuerdo y solaparlo, por lo que ahora lo ataca para que no se dé a conocer.
Un bullicioso sainete
En medio de una nube de sospechas por la posible intervención del exgobernador Fidel Herrera Beltrán en la definición de varias candidaturas a las presidencias municipales e, incluso, el apoyo para que –sin ser parte de su equipo de impresentables personeros– ganen las planillas morenistas, particularmente en el Puerto de Veracruz, donde irá como candidato el senador con licencia Fernando Yunes Márquez, Andrés Manuel López Obrador llegó a Veracruz el miércoles con la espada desenvainada y de sopetón lanzó acusaciones de corrupción en contra del gobernador pan-perredista.
Y vaya que levantó una polvareda. En dos videos, Miguel Ángel Yunes Linares se le fue a la yugular al tabasqueño a quien no solo trató de desequilibrado, bocón y corrupto, sino de haber establecido inconfesables alianzas con lo peor del priismo en Veracruz, primero con el prófugo de la justicia Javier Duarte en los pasados comicios, y ahora con Fidel Herrera Beltrán. E invocó una declaración del exmanejador político del duartismo, Gabriel Deantes, quien confesó haber sido el intermediario para la entrega de grandes recursos financieros ilícitos para la campaña del candidato morenista a la gubernatura, Cuitláhuac García Jiménez.
Y es que López Obrador no solo lo calificó de corrupto sino de impulsar, bajo el embrujo del poder, a su hijo Fernando a la candidatura por la alcaldía porteña. Quien también saltó a la polémica fue el alcalde boqueño, de quien hace meses se dice que será el candidato para suceder a su padre, aunque fue más ofensivo al calificar de “loco, estúpido y farsante” al viejo líder de la izquierda.
Lo más nuevo es el reto lanzado por Yunes Linares. En un video lanzado este jueves señala: “Veo que López Obrador sigue con su necedad, mandando mensajeros por la red, por eso le dedico dos minutos para decirle lo siguiente: Te reto López Obrador a que aprovechando que estás en Veracruz el próximo sábado 25 de febrero a las 7 de la noche debatamos a donde tú quieras”. En ese debate, dice Yunes en un mensaje de video publicado en su cuenta de Twitter, entregará los documentos que confirman que su partido recibió recursos de la pasada administración. Y le dice: “Aquí en Veracruz encontraste la horma de tu zapato”.
Por cierto, de que los periodistas veracruzanos (no todos, dijo) hemos sido “maiceados” (comprados) por Yunes Linares, como expresó un colérico López Obrador, no digo nada porque no me siento aludido. Quienes de inmediato levantaron la voz, aunque normalmente no se ocupan de la seguridad de los periodistas, fue el fiscal Jorge Winckler Ortiz, quien urgió a la Comisión Estatal de Apoyo y Protección de Periodistas (CEAPP) a salir al paso (lo que obedeció de inmediato). Ah, y también la presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
En fin, ¡pobre Veracruz! Con preocupación, los veracruzanos vemos que seguirá siendo noticia negativa a nivel nacional por muchos años.
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