Pues resulta que en Morena varios militantes están que trinan ante lo que califican como una burda imposición y “centralazo” en las candidaturas a las presidencias municipales.
De acuerdo con la convocatoria emitida por Morena, tras el registro de los precandidatos del 13 al 17 febrero pasados, se definirían los candidatos definitivos a través de asambleas que se celebrarían entre el 14 y 19 de marzo.
Como resulta evidente, ya no hubo asamblea alguna, pues este fin de semana se dieron a conocer los nombres de los candidatos seleccionados unilateralmente por la Comisión Nacional de Candidaturas de Morena, que a decir de los propios militantes sólo autorizó el registro de quienes ya había seleccionado con antelación, desechando a todos los demás. Es decir, el proceso fue una farsa, pues desde un principio sabían quiénes eran los “buenos”.
Lo que no es broma es que a todos los incautos que se registraron les bajaron una “feria” por concepto de “cuotas”, misma de la que no se ha transparentado su destino pero que seguramente se usará para seguir manteniendo… perdón, para apoyar la causa de su líder máximo, Andrés Manuel López Obrador.
Pero eso no se va a quedar ahí. Se espera una lluvia de impugnaciones ante los órganos jurisdiccionales para obligar a Morena a reponer el proceso por la senda agarrada de pendejos que les dieron a la mayoría.
A ver si no los excomulga “su santidad el Peje”.
