Al inicio del primer trimestre del año en curso, la deuda pública de México, alcanza la cifra de ocho punto siete billones de pesos; ya que tan solo en los dos meses transcurridos, nuestro país contrajo un endeudamiento por emisión de certificados de deuda, por veintidós mil novecientos dos millones de dólares. Según datos publicados en la revista Forbes, la deuda pública de nuestro país ha llegado al cincuenta y uno punto nueve por ciento del Producto Interno Bruto, y auguran los economistas del Fondo Monetario Internacional, que será hasta el año 2020, cuando se estabilice en un cincuenta por ciento del Producto Interno Bruto de nuestro país, con el riesgo de que las inversiones extranjeras se retiren para convertirse en los llamados “capitales golondrinos”, con lo que resulta obligado para el gobierno federal, mantener un régimen de completa austeridad; un control estricto y austero del gasto público y mantener permanentemente, finanzas sanas, si se quiere evitar una quiebra económica nacional, de incalculables resultados, tomando en consideración la efervescencia social que se desató con el incremento al precio de las gasolinas.
La situación de México por su inestable manejo de la economía nacional, ha generado que sesenta millones de compatriotas vivan en estado de pobreza y otra cifra igual, detenten la riqueza acumulada durante los años transcurridos desde la revolución mexicana a la fecha. En el territorio nacional se han delimitado areas geográficas, llenas de inseguridad e inestabilidad social; y todavía más, los ánimos de la población lamentan, haber permitido el ascenso al poder, de malos gobernantes, dedicados a los negocios al amparo del poder, así como a disponer ostentosamente de la riqueza mal habida, que son las principales causas de la inequitativa distribución de la riqueza. Ahora se habla de que más inequitativa ha sido la distribución de la pobreza, que ha marcado a millones de familias, viviendo en una explotación de la que muchas generaciones no han podido salir; y por el contrario, la desesperación originó, que la población joven de los marginados sociales, hayan migrado en busca del sueño americano, corriendo el riesgo de ser repatriados por el presidente de Norteamérica Donald Trump, quien actúa, procurando satisfacer a los dueños de las corporaciones privadas, con un provecho económico imposible de detener.
En el estado de Veracruz, se ha hecho una publicidad que no terminará el resto del presente año y del próximo, al escandaloso saqueo (robo en despoblado) que hizo el doctor Javier Duarte de Ochoa, quien ahora es mencionado en medios nacionales e internacionales, como el candidato de mayores posibilidades, para ser nominado como “el más corrupto del mundo”. Nos legó JD, aquel cuento de la bursatilización, que no resultó más que para beneficiar al doctor Duarte, a su primer círculo de amigos y a su familia; y de ahí en cascada se repartió la riqueza a quienes gozaron de la simpatía del gobernante aunque hoy no puedan conciliar el sueño, en espera de que se publiciten nuevas listas de ex funcionarios beneficiarios del duartismo. La discriminación que sufre la generación de jóvenes desempleados, va en aumento, recordando a los “ninis” (que ni estudian ni trabajan) y que tanto ocuparon la atención durante la campaña presidencial pasada, del candidato del PRI Enrique Peña Nieto, quien dijo que de llegar a los Pinos ningún mexicano sufriría esa segregación de estar desempleado y sin oportunidades de desarrollo personal, por falta de espacios educativos que según el articulo tercero constitucional, tiene obligación el estado de proporcionales. Pero Peña “no cumplió” según lo expresado por Josefina Vázquez Mota, futura gobernadora del Edomex, si otra cosa no decide el Tlatoani de los Pinos.
Lo mismo sucedió durante el sexenio (2006-2012) con el candidato del PAN Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, quien también resultó triunfador en esas elecciones y en vez de cumplir su promesa de generar empleos para todos los mexicanos, hasta pidió que se le llamara “el
presidente del empleo” y aseguró Calderón, que sería recordado por mucho tiempo como el campeón de la generación de empleos, con lo cual se acabarían los trabajos con paga mínima; y hasta la gente menesterosa, que pide limosna en las calles, terminaría con una oportunidad de trabajo que evitaría la mala imagen urbana, por la segregación que cada día agranda más la brecha entren los pobres y los dueños de México. Lo único que logró Calderón, es que se le recuerde como el presidente que aplicó tácticas equivocadas para combatir a delincuentes y narcotraficántes; pues en vez de acabar con los “bad Man” como ahora los llama Trump, los carteles de la droga incrementaron su poder y ampliaron territorios para el trasiego, venta y distribución de la cocaína y las drogas sintéticas, con un saldo final para Calderón, de más de cien mil personas entre muertos y desaparecidos; como piensa ahora el ex presidente panista, que pueda reelegirse en la persona de su esposa Margarita Zavala de Calderón, pues si cree que los mexicanos no tienen memoria histórica, está totalmente equivocado y si logra la candidatura por el PAN, por alguna alianza convenenciera de las que buscan alcanzar el poder, por lo que representa, en los resultados electorales de 2018, se llevará un gran chasco con la aplastante derrota que sufrirá la ex primera dama.
De los mexicanos en su inmensa mayoría, depende el destino de nuestro país. Y si queremos una patria nueva, democrática, libertaria y con una sociedad igualitaria, donde se respete y se cuide el medio ambiente, tendremos que ejercer nuestros derechos políticos, teniendo como guía La Constitución Mexicana de 1917. Los que están acostumbrados a vivir en la opulencia, tendrán que desistir de seguir explotando a la clase trabajadora; y eliminar todo tipo de discriminación, que permita crear una nueva sociedad igualitaria, solidaria y humanista.