El director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), James B. Comey, pidió al Departamento de Justicia que rechace públicamente la grave e inaudita acusación del presidente Donald Trump contra el ex presidente Barack Obama, quien, según el nuevo mandatario, ordenó al FBI intervenir sus comunicaciones cuando era candidato republicano.
Funcionarios anónimos revelaron ayer al periódico The New York Times que Comey hizo la solicitud el sábado, después de que Trump denunció en Twitter que Obama había ordenado que fueran intervenidas sus conversaciones telefónicas en la Torre Trump durante la pasada campaña electoral.
“No hay evidencias”. Comey ha estado trabajando para que el Departamento de Justicia derrumbe la denuncia de Trump, “porque no hay evidencia que lo apoye e insinúa que el FBI violó la ley”, indicaron los funcionarios.
Una declaración del Departamento de Justicia o de Comey refutando las acusaciones de Trump serían una notable contención a un presidente en ejercicio. Esto pondría a los mejores funcionarios de la ley en la posición de cuestionar la veracidad del líder del gobierno, destacó The New York Times en una nota publicada la tarde de este domingo en su portal de Internet.
Además, la afirmación de Trump supone insinuar que el FBI actuó al margen de la ley.
Segunda negación. Comey es el segundo alto cargo de Inteligencia del gobierno de EU en negar las acusaciones del presidente. El sábado fue James Clapper, director de la cúpula de espionaje con Barack Obama, el que negó rotundamente en televisión que bajo su conocimiento se hubieran pinchado teléfonos en la Trump Tower, como afirma el presidente.
Un portavoz del ex presidente Obama también negó de plano el sábado que éste hubiera ordenado nunca escuchas sobre un ciudadano estadunidense.
Mientras, el presidente Trump, que acusó a su antecesor de practicar el “macartismo”, no se retractó ni matizó sus palabras del sábado, la acusación sin precedentes de que su antecesor en la Casa Blanca intervino sus teléfonos de campaña.