El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó hoy la nueva versión de su polémico veto migratorio, que seguirá prohibiendo la entrada de refugiados al país y detendrá la emisión de visados a los ciudadanos de Irán, Somalia, Yemen, Libia, Siria y Sudán, todos ellos países de mayoría musulmana.
La Casa blanca confirmó que esta mañana se produjo la firma del nuevo decreto, que entrará en vigor a las 00.01 hora local (05.01 GMT) del 16 de marzo y sustituirá al polémico veto emitido el pasado 27 de enero y bloqueado por una decisión judicial.
A diferencia de la anterior orden, en esta se especifica que pueden entrar a Estados Unidos los ciudadanos de esos seis países que tuvieran un visado válido antes de las 17.00 hora local (22.00 GMT) del 27 de enero, la fecha en la que se emitió la primera orden ejecutiva sobre inmigrantes y refugiados.
Además, la orden prohíbe la entrada al país durante 120 días de los refugiados de todo el mundo para reforzar los procedimientos de seguridad, y precisa que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) está investigando a más de 300 refugiados en el país por posibles actividades terroristas.
En la anterior orden, bloqueada en los tribunales, se prohibía de manera indefinida la entrada de refugiados sirios a Estados Unidos, pero esta vez el Gobierno no los menciona de manera específica y los incluye con el resto de refugiados, por lo que tendrán prohibida su entrada al país durante 120 días.
He suspendido temporalmente el programa de admisión de refugiados mientras se revisan nuestros procedimientos de control y examen a los refugiados”, dijo Trump en su nueva orden ejecutiva.
No obstante, el Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado estudiarán caso por caso las solicitudes de los refugiados durante esos 120 días y podrán otorgar un permiso de entrada a algunos de ellos para entrar al país, según la nueva orden.
Trump insistió en su teoría de que el programa de refugiados puede servir para la entrada de terroristas, pese a los rigurosos controles a los que deben someterse durante años quienes desean obtener asilo en Estados Unidos.
Además, el presidente estadunidense eliminó de su nueva orden ejecutiva cualquier referencia a los cristianos, un grupo que había tratado de proteger en su anterior decreto, bloqueado por la Justicia.
En la anterior, el mandatario prohibía la entrada a Estados Unidos de manera indefinida de los refugiados sirios, pero establecía una excepción para los sirios que profesaran el cristianismo y pudieran probar que habían sufrido persecución por motivos religiosos.
Ninguna de esas opciones aparecen en la nueva orden.
El mayor cambio incluido en la nueva orden ejecutiva se refiere a Irak, cuyos nacionales vieron cómo se les prohibía la entrada a Estados Unidos el pasado 27 de enero con el anterior decreto.
En esta ocasión, Trump ha decidido permitir la entrada a los iraquíes porque su Gobierno se ha comprometido a colaborar en la investigación de sus nacionales, según explicaron altos funcionarios del gobierno estadunidense que pidieron el anonimato.