Se menciona a Claudia Ramón Perea como probable delegada del Instituto Nacional de Migración, ahí donde despachaba Tomás Carrillo Sánchez, con quien mantiene desde hace tiempo fuertes (pero muy fuertes) lazos de amistad (¡ufff… qué mal gusto!).
Como se sabe, Carrillo pretende ser candidato a alcalde de Cosamaloapan por el Revolucionario Institucional. Ya se verá si se atreve a ir en campaña a
bordo de su lujosa camioneta Cheyenne 2017, 4×4, nueva de paquete, como solía decir don Francisco en su legendario y ya desaparecido programa Sábado Gigante Internacional (¿y por qué no habría de tener una así?, nos dijo Tomasito en tono fanfarrón, recientemente).
O al menos que el “Capulina” cuenqueño decida tener encerrada en su garaje tan caro vehículo por miedo a que lo secuestren o para que no haga contraste con las empobrecidas familias cosamaloapeñas que con esta crisis no tienen ni para llevarse un taco a la boca.
Pero de lo que sí estamos ciertos es que sea cual fuere el vehículo que use el negro Tomás, la unidad deberá ser blindada (chance y se la regale su entrañable amigo, el multimillonario Juan Carlos Molina, yerno de “oscuro” y cuestionado personaje del norte del estado) ante el temor de ser víctima de la delincuencia, la misma a la que tanto miedo le tenía Carrillo hace tres de años cuando se incrementaron los plagios en esa zona, al grado de que el fidelista no llegaba directamente a la cabecera municipal sino a un opulento rancho, ubicado a unos cuantos kilómetros del área urbana.
