Un conjunto de siete grupos representantes de hospitales y colegios médicos presentó ayer una declaración contra la propuesta del partido republicano para sustituir el Obamacare.
Influentes asociaciones como la Asociación Hospitalaria de Estados Unidos (AHA) aseguraron que “está ley, tal y como está escrita ahora, resultará probablemente en una sustancial reducción del número de estadunidenses que podrán comprar un seguro médico asequible” y provocará una “tremenda inestabilidad” para los que buscan cobertura médica.
Por separado, la Asociación Médica de EU (AMA) rechazó ayer la nueva ley, llamada ya Trumpcare en algunos sectores, ofreciendo las mismas razones que el resto de grupos.
Las misivas alertaron, además, de que el cambio que propone el presidente Donald Trump significaría un recorte de fondos para un programa encargado de ofrecer protección a niños, ancianos y discapacitados en situación vulnerable.
AGRIA DISCUSIÓN. Entre tanto, el vocero de Trump, Sean Spicer, aseguró ayer en su rueda de prensa diaria, que la Casa Blanca va a lanzar una campaña mediática a gran escala en radio y televisión para promocionar la nueva ley.
A la vez, el Congreso estadunidense inició ayer con tensión el debate sobre el Trumpcare. El líder republicano en la Cámara de Representantes, Paul Ryan, mostró su convicción de que la ley logrará los apoyos para ser aprobada, pese a la oposición férrea y unánime demócrata.
Pero también pese al rechazo de grupos republicanos, tanto moderados –que sólo se oponen a las partes más polémicas de Obamacare— como radicales –que piden que la reforma vaya mucho más allá de lo propuesto—.
La senadora republicana Susan Collons, de Maine, por ejemplo, aseguró que no cree “que sea bien recibida en el Senado”.
La bancada demócrata se suma a la opinión de los lobbys hospitalario y médico, y piensa que la reforma propuesta atacará a la población más vulnerable.