En el discurso todo es muy bonito entre el Gobierno Federal y el del estado, que se juran apoyo y respeto. Pero en los hechos, la cosa es bastante diferente. Más, si de dinero se trata.
Y es que de acuerdo con el delegado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) en el estado, Pedro Yunes Choperena, el presupuesto de la dependencia destinado a Veracruz este año sufrió un recorte de 37.5 por ciento, lo que representa la friolera de 300 millones de pesos. Nada más.
Lo más grave es que fue precisamente a través de los programas federales que manejan dependencias como la Sedatu y la Sedesol como los ayuntamientos veracruzanos la pudieron medio librar en medio del saqueo duartista a la entidad. Si se les recortan los recursos, y ante la crisis económica que con todo y reestructuración enfrenta Veracruz, la situación va a tornarse más que alarmante, sobre todo en los municipios de mayor marginación.
Bien dice el dicho que amistad que no se refleja en el bolsillo, o en este caso en las cuentas bancarias, no es amistad. Ya ni porque el delegado es pariente del “gober”.
