DIÁLOGOS ENTRE PARES POR LA PRÓXIMA SUCESIÓN PRESIDENCIAL

En política, los errores que se cometen en campaña, se pagan muy caros, y la única moneda que se acepta es el pago con capital político; dependiendo del error será el tamaño del pago; y si resulta impagable, la precampaña hará perder al precandidato, desde antes de comenzar el proceso electoral. Todo iba tan bien, que el camino trazado por el presidente del partido MORENA, licenciado Andrés Manuel López Obrador (AMLO) lo situaba en primerísimo lugar, en las preferencias electorales, para contender por el cargo de “Presidente de la República”; y de pronto, el gozo, se fue al pozo, pues como respuesta a la impolítica y reprobable conducta asumida por AMLO, para responder los cuestionamientos de un padre lastimado por la desaparición de su hijo, que forma parte de los “cuarenta y tres estudiantes desaparecidos” de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, situación que hizo enojar al presidente de MORENA.

AMLO se encontraba haciendo labor de proselitismo entre los migrantes radicados en Nueva York (pero nacidos en México), cuando de entre los asistentes a un mitin, sale una persona con un retrato en la mano y le solicita responder que: “”cuando mataron a estos muchachos de Ayotzinapa, cuando Ángel Aguirre estaba como gobernador interino en ese entonces, que habría hecho con este señor Aguirre y con este señor José Luis Abarca”” y por ese solo hecho (dijo el padre ofendido), me tachó de provocador; “no se dio cuenta AMLO que llevaba puesta una playera con un mensaje a la comunidad internacional, para dar a conocer mi identidad de padre de uno de los cuarenta y tres”. Al mismo tiempo mostraba el activista, al público asistente dos fotografías en las que se aprecia a AMLO, junto a José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala Guerrero y preso por la desaparición de los cuarenta y tres estudiantes; además de tacharlo de provocador, Andrés Manuel dio por terminado el mitin, subió a su camioneta y desde ahí le gritó a su interpelante: provocador cállate. ¡Ve y pregúntale al Ejército!.

Nunca se imaginó AMLO, que ese fatal incidente, provocado o casual; mandado a hacer, o sucedido como un imponderable, de los que ocurren eventualmente en la política, lo fueran a magnificar y agigantar, ya que de ahí en adelante las voces oficiales del gobierno y los líderes del Congreso de la Unión; más los presidentes de los partidos políticos y de los organismos y cámaras empresariales; más los periodistas patrocinados por el Gobierno y las redes sociales, operadas por “trolles”, nominado$ y a las órdenes de Gobernación; han unido sus fuerzas para sepultar al precandidato de MORENA, junto con sus aspiraciones presidenciales en la contienda de 2018, pues sin esperar los tiempos políticos, el pleito por la sucesión, se encuentra hoy en día en plena ebullición; desatándose la jauría para cazar a su presa, sin que el presidente de MORENA pueda tener escapatoria gracias al TUCAM, (Todos Unidos Contra Andrés Manuel), ya que no han parado desde entonces, de descalificar a AMLO, por haber “sugerido” que al mandar a preguntar por uno de los cuarenta y tres desaparecidos, faltaba al respeto del principal bastión del gobierno encargado de combatir al narcotráfico, aseguran que cometió AMLO un pecado mortal, que como en la iglesia católica, no podrá nunca obtener el perdón de Dios.

En la campaña política de 2006, Andrés Manuel López Obrador, despreció al PRD, que fue el partido que lo postuló; y sintiéndose sobrado (por aparecer en las encuestas con una gran ventaja sobre los demás), se desbocó y comenzó a “apabullar” en todos los foros al panismo y a su candidato Felipe de Jesus Calderón Hinojosa, a tal grado que situado AMLO en la antesala del triunfo, se atrevió a silenciar al presidente, gritándole en un mitin, de manera textual lo siguiente: “”Cállese ciudadano presidente, cállate Chachalaca””; de ahí en adelante, el linchamiento popular contra AMLO, lo llevó a la derrota, debido a que los demás contendientes le pidieron a los electores, que no votarán por quien le faltaba al respeto a las instituciones y a su principal responsable, el presidente Vicente Fox Quezada; error político que le costó a López Obrador, perder la presidencia de la república. En el año 2012, por segunda ocasión Andrés Manuel contiende por la presidencia de la república, y su discurso en campaña, de frente y sin tapujos, se orientó a cuestionar la eficacia y vigencia de las instituciones nacionales y sus contrarios lo calificaron como el candidato “de la violencia y la inestabilidad”, para después acusarlo de que podría convertirse en un dictadorcillo, con grandes poderes y grandes recursos, para cambiar el rumbo del país. La gente lo consideró un grave peligro y votó por cualquier otro, pero menos por el del PRD.

De todo lo anterior, resulta como principal beneficiaria en la lucha de 2018 por llegar a los Pinos, la siempre bien ponderada Margarita Zavala de Calderón, llevando como “coach” a su distinguido esposo el ex presidente don Felipe de Jesus Calderón Hinojosa, quien se convertiría en el “poder tras el trono”, por la gran influencia y poder de decisión política, que ejercería en la cúpula de los Pinos, aunque formalmente no pueda tener un nombramiento que lo justifique como “la eminencia gris”, para poder ejercer el poder presidencial, sin necesidad de la reelección, por estar prohibida constitucionalmente. La anécdota que le sucedió al General Porfirio Díaz en 1883, frente a su compadre el presidente General Manuel Gonzalez, se repite en esta ocasión, con los personajes representados por Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, cuando de visita a los Pinos y en audiencia con el presidente en turno, Calderón le solicitó apoyo para que su esposa, la candidata del PAN Margarita Zavala, triunfe en 2018, jurando Calderón que no lo llevaba ahí ninguna ambición reeleccionista ni de convertirse en el poder tras el trono. Cuentan que el presidente Enrique Peña Nieto (que nunca ha sido tonto y ha demostrado ser un político inteligente y sagaz), se distrajo de su interlocutor y entre abrir y cerrar puertas de la credenza colocada a sus espaldas y de los cajones del escritorio presidencial, fue interrogado por Calderón para que interrumpiera esa distracción, preguntándole ¿si se había perdido algo o qué es lo que buscaba? Peña Nieto volteó a ver a Calderón y con una mirada penetrante y una voz firme, respondió: por favor señor ex presidente, no se burle de mí inteligencia, busco en estos cajones, al “tonto” que le crea su desinterés en la reelección; despreocúpese que no he metido las manos en ningún proceso electoral y juro y perjuro “que nunca lo he hecho ni lo volveré a hacer”.